Un país sin conciencia

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Una nación sin conciencia no puede dormir tranquila. Si no hay conciencia política, el discurso de un sofista penetra el corazón de los ciudadanos. Cuando tomemos conciencia de la gravedad de lo que ocurre habrá esperanza de cambio.
La semana pasada transcurrió con cortinas de humo y las noticias del domingo nos convierten en un país de lo insólito. Lo primero viene denunciado desde el Apocalipsis, se trata de un ardid de Satanás y de algunos gobernantes para confundir y engañar a sus pueblos. Mandatarios perversos que por fracaso apelan a falsas noticias para distraer.
Han existido asesinatos y atentados contra Jefes de Estado, candidatos presidenciales y políticos importantes en el mundo. La historia recuerda los magnicidios a Alejandro I de Yugoslavia, del zar de Rusia Alejandro II, de los presidentes norteamericanos Lincoln, Garfield y McKinley, del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, de Anwar el-Sadat en Egipto, del Coronel Carlos Delgado Chalbaud en Venezuela o del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Los asesinatos de candidatos presidenciales colombianos Gaitán y Galán o del mexicano Luís Donaldo Colosio y de Carrero Blanco en España. Los atentados contra Rómulo Betancourt y el Papa Juan Pablo II, son algunos ejemplos.
Existe esa posibilidad, pero hace catorce años en Venezuela con Chávez y Maduro se denuncian intenciones de asesinarlos, sin que se presenten pruebas. En el caso de los paramilitares colombianos, apresados e indultados, el magistrado Aponte denunció que habían sido contratados por el gobierno y el salvadoreño Francisco Chávez Abarca acusado de planificar un atentado contra Chávez, fue entregado sospechosamente sin mayores tramites al gobierno cubano. Y en la campaña electoral, donde se acusó al diputado salvadoreño Roberto D´aubuisson de tramar un atentado contra Maduro, hasta el propio Presidente Funes del Salvador pidió pruebas y no las dieron.
Ahora, con escasez de productos, cortes eléctricos, distanciamientos con los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, huelga de universitarios, vuelve la cantaleta del atentado. Una cortina de humo, para ocultar la trágica realidad de Venezuela.
La prensa del fin de semana tiene noticias graves Maduro fue informado por el gobierno colombiano de la visita de Capriles a Bogotá y sin embargo armó un escándalo. Ello denota una diplomacia improvisada. Maduro asiste en Roma a recibir un premio en la FAO por el avance de Venezuela en la erradicación del hambre, cuando todos conocemos el desabastecimiento que padecemos y el galardón lo recibe un hombre que nos mandó a sembrar verduras y pollo, confundiendo el género vegetal y el animal.
Maduro se reúne con el Papa Francisco pero reivindica el derecho al decreto de guerra a muerte y lleva a cuestas un expediente de 21 presos políticos en rejas y 42 con libertad condicional y tal como sucedió con el cineasta norteamericano liberado se presenta magnánimo con la libertad de la jueza Afiuni sin que ella revele la verdad de su caso.
Por si fuera poco, Maduro declara que Indepabis era un antro de corrupción. Que el 40% de las importaciones públicas y el 18 de las privadas eran ficticias. El Presidente viaja al exterior buscando legitimidad jurídica con una economía destruida, pues la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo es del 407%. Hay más de 1380 inmuebles en Caracas invadidos y expropiados y 177 hoteles quebrados igualmente tomados por damnificados. La credibilidad internacional está en entredicho pues el Estado Mexicano da a conocer que el Aeropuerto de Maiquetía era usado por los carteles de la droga del país azteca.
A la oposición venezolana también le sigue faltando regla de opinión. Pide dialogo cuando se le sigue calificando de fascista y se le acusa sin pruebas de ser responsable de la tragedia de Amuay y de comprar 18 aviones para invadirnos desde Colombia. Como no hay conciencia podemos decir que somos un país en estado primitivo.

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