“La frente honrada que en sudor se moja…
Jamás ante otra frente se sonroja…
Ni se rinde servil a quien la ultraja”.
Pedro N Pereira H – En la Prisión – Los estudiantes de 1928 – Página 36.
Venezuela, la madre buena y caritativa que rinde sus tributos a quienes pare, cobija sus hijos y los protege en un legado interminable de incuantificables bondades; sus hijos han enfrentado todo tipo de situaciones que, en vez de avasallarlos, los han hecho crecer en dignidad y coraje; en principios y valores; desde la época misma de su creación como Republica libre, democrática y soberana.
El 12 de febrero de 1914, en La Victoria, estado Aragua, unos mil estudiantes de los colegios y seminarios de la ciudad de Caracas, entre ellos unos ochenta y cinco estudiantes del seminario de Santa Rosa de Lima, al mando de José Félix Ribas; acompañado por Vicente Campo Elías, Luis María Rivas Dávila y Mariano Mantilla oyeron la arenga de aquel Patriota Supremo: “Soldados: Lo que tanto hemos deseado se realizará hoy. He ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostradles vuestra Omnipotencia. En esta jornada que será memorable, ni aún podemos optar entre vencer o morir. ¡Necesario es vencer! ¡Viva la República!
A las siete de la mañana comenzó la desigual batalla. Aquella muchachada logró una impresionante resistencia ante el ataque de “El Terror de los Llanos” y cuando el combate arreciaba, Vicente Campo Elías, quien venía procedente de San Mateo con 220 soldados de caballería llegó en su auxilio y horas después lograron el triunfo. Bolívar al saber de la victoria le concedió a Ribas el título de: “Vencedor de los Tiranos”. ¿Los héroes? Aquellos muchachos, casi niños, que desafiaron su propio valor y vencieron. El 12 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decretó celebrar cada aniversario de la Batalla como El Día de la Juventud, en honor a los jóvenes estudiantes que lograron lo que parecía imposible.
Para el seis de febrero de 1928, Ada Pérez Guevara, durante la celebración de la Semana del Estudiante, en un poema titulado A los Estudiantes, describía a aquella muchachada que enfrentó a la tiranía del mal llamado Benemérito Juan Vicente Gómez, diciendo: “Sois madera nueva de la flora rica / y tendéis los brazos sobre el claro cielo / como los roblares de la Pampa mía / fuertes en las lluvias y en los ventisqueros; Sois madera nueva libre de corteza, / que de nada sirva donde hay corazón; / el alma en los ojos, la sangre en la arteria / son el doble escudo que os ha dado Dios (…) / Fabricad la casa. Sois madera nueva / Ella será acaso para el Porvenir / yunque de la raza, fuente de grandeza / siempre luminosa como el sol de abril (…) Y bajo el reinado gentil y florido / que hoy nace rodeado de flagrante estela / vuestros ideales serán uno mismo / porque en vuestra Reina, ¡veis a Venezuela!” (F. de C).
En aquel entonces, Antonio Arraiz, finalizaba su poema La Boina del Estudiante diciendo: (…) “Compañeros: Ya existe la señal de confianza y de amistad. / Cuando sea el muchacho sonriente que usa la boina, / desparrama la puerta de tu cordialidad / al mensajero de la buena esperanza”.
Sacalapatalajá fue el grito de guerra empleado por los jóvenes que se inmolaron en 1928, en momentos de regocijo y en los negros días de la prisión.
Muchos han sido los estudiantes que han ofrendado su juventud tras un ideal; de un sueño de libertad y democracia. Para mediados de siglo enfrentaron la dictadura del nefasto Coronel Marcos Pérez Jiménez para luego impedir la implementación de gobiernos qué consideraban que estaban en contraposición a los principios y valores heredados de nuestros libertadores.
Hoy sale, una vez más, la sangre nueva de la patria a luchar por sus reivindicaciones enarbolando la bandera de Miranda… defendiendo sus insignias de dignidad.
La “Red de Instituciones Larenses” fue creada ante un llamado de auxilio de la sociedad civil, en defensa de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y, así nos mantenemos erguidos ante cualquier problema al cual podamos enfrentar con el dialogo claro, oportuno e imparcial; con justicia, equidad y paz provenientes del Estamento Legal vigente; amparados en la Constitución Nacional, las leyes y Reglamentos de la República.