La intensa lucha por las reivindicaciones del sector universitario ha sumado sus primeras secuelas debido a larga espera que atañe a los jóvenes tenaces involucrados a la huelga de hambre en la sede del rectorado de la UCLA.
En consecuencia, los estudiantes Carlos Maramara y Carla Ruiz tuvieron que ser trasladados en la mañana de este lunes a un centro asistencial, luego de que sus condiciones de salud estuvieran en riesgo por desistir el consumo de alimentos sólidos.
Según el reporte médico informado por representantes de FAPUV, Maramara, quien es estudiante de ingenería eléctrica en la Unexpo, presentó infección en la orina e hipertensión arterial como consecuencia del ayuno prolongado.
Por otra parte, Ruiz, estudiante del decanato de ciencias de la salud en la UCLA, presentó un cuadro de hipotensión arterial ortostática generada por el descenso de la presión arterial y el período prologando de rigidez por determinada posición del cuerpo.
Sin embargo, los jóvenes se encuentran en condición estable bajo observación médica en una clínica ubicada en el centro de la ciudad.
La huelga de hambre inició a partir del pasado domingo 9 de junio en la tarde, cuando el estudiante de ingenería civil Sergio Rodríguez, procediera a la lucha radical. Posteriormente, se le sumarían 4 compañeros más.
Otro estudiante se une a la huelga
Se trata de Gloria Sifuentes, estudiante de ingenería en producción de la UCLA, quien apeló a unirse a la voz de protesta radical desde este lunes en horas del mediodía.
Estudiantes anunciaron que seguirán en la lucha radical en la búsqueda de mejoras en las condiciones estructurales y administrativas de las universidades y el apoyo de las reivindicaciones de los profesores.
Eucaristía por las reivindicaciones
Profesores universitarios, estudiantes y trabajadores administrativos de las universidades: Ucla, Upel y Unexpo, elevaron sus plegarias en una emotiva eucaristía auspiciada por el arzobispo de Barquisimeto, Monseñor Antonio José López Castillo junto al asesor de la Pastoral Universitaria, Padre Venancio Acajima y el Párroco Jesús Lares.
El auditorio Ambrosio Oropeza de la UCLA, representó a la casa de Dios, donde una prolongada quietud establecía mediante plegarias la comunicación entre el supremo y los asistentes.
En la homilía, el Monseñor recordó que la educación es la base fundamental para el desarrollo de una sociedad estable, libre y pluralista. Además que debe estar regida por los lineamientos de la libertad.
En la eucaristía las oraciones se hicieron extensivas a la Divina Pastora, en su función como madre de todos los larenses.
Las peticiones expresadas por los representantes del sector universitario elevaban su clamor por un ambiente de paz y de unión en Venezuela.
Déborah Velásquez, presidenta de Apucla, señaló que la lucha de los profesores por las reivindicaciones justas para los profesores seguirán hasta que consigan soluciones oportunas de parte del Gobierno nacional.
Asimismo, denunció que la primera Convención Colectiva de Trabajadores es una medida arbitraria de parte del Estado en consecuencia al control desmedido de las instituciones.
“Debemos promover la libertad en nuestra sociedad, en el cual tengan que converger pensamientos distintos para así llegar a un mutuo acuerdo”.
Asimismo, manifestó su desacuerdo por el aumento fraccionado propuesto por el ministro Calzadilla, el cual no está apegado a las exigencias de la Fapuv.
“Nunca hemos sido invitados a las reuniones dispuestas por el ministro. Sólo están participando sindicatos del oficialismo”, apuntó.
Entre tanto, el presidente de Apunexpo, Gonzalo Meléndez, expresó su preocupación por algunos artículos de dicha convención que resume la ideología socialista como parte del funcionamiento de las instituciones educativas.
“Espero que el estado nos dé participación para manifestar nuestros pensamientos, objetivos y propuestas. Los valores democráticos se rigen por la participación de todos los sectores, sin exclusión”, indicó.
“Estamos todos los profesores en reencuentro con Dios, con nuestras plegarias en un marco de amor y solidaridad. Es por ello que nuestra fe nos seguirá acompañando hasta la resolución del conflicto. Sin el apoyo del Señor es muy difícil de llevar esta lucha”.