Con gran preocupación se observa el deterioro progresivo de las vías agrícolas y la ausencia de los programas de asistencia técnica y financiera en el país.
Así lo expresó Marcial Escalona, dirigente sindical y secretario agrario del partido Acción Democrática, seccional Lara, acompañado Aurelio Montilla, Clemente Vargas de la Federación Campesina, así como otros miembros del buró seccional, en un encuentro con los medios de comunicación desde La Pochocha.
La situación del campesino larense no escapa de la terrible realidad que se vive en el país, acentuó Escalona, adicionando que desde la instauración de la “mal llamada revolución bolivariana, no existen programas para atender este terrible problema que merma con demasía la actividad productiva”.
Sentencia a muerte
El panorama de los productores agrícolas es cada vez más desalentador, más cuando se emitió aquel nefasto decreto de reversión firmado por el entonces ministro Diosdado Cabello, quitándole potestades a las regiones en materia de vialidad agrícola.
-Esto fue un decreto de guerra a muerte y una sentencia para los productores, que bien ya estaban desasistidos en sus rutas de penetración agrícola, apuntó el dirigente adeco.
Advirtió que no existe una política coherente y precisa para la atención de las derruidas vías agrícolas, cada vez más abandonadas a su suerte en Lara.
-Esto ha contribuido en gran manera con la acentuación a la crisis de la producción nacional, aseveró, remarcando que en la entidad regional, no hay una sola vía agrícola que se pueda mencionar como ejemplo para que los campesinos se sirvan y puedan sacar los productos hasta los mercados locales.
Jugosas importaciones
No existe interés del Gobierno nacional por mejorar las vías agrícolas y asistir financieramente a los productores agropecuarios, lo que sería un golpe al desabastecimiento.
-No hay voluntad del Ejecutivo nacional en esta materia por la sencilla razón que acabarían con las jugosas importaciones de alimentos que ostentan unos cuantos ministros y militares de alto rango, resaltó Escalona con determinación.
Acabaron con la eficiente empresa Agroisleña, agregó, para dejar sin insumos al campo, así unos cuantos ostentarían este mercado.
Habló de las expropiaciones de fincas productivas y del hoy abandonado Valle del Turbio, en plena ruina gubernamental.