El religioso moderado Hasan Rohani sorprendió este sábado al imponerse en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Irán con 50,68% de los votos, una victoria que marca el regreso de los moderados y los reformadores al gobierno tras años de control del poder por los conservadores.
Rohani sucede a Mahmud Ahmadinejad, cuya reelección cuestionada en 2009 dio lugar a masivas manifestaciones violentamente reprimidas.
Rohani prometió durante la campaña más flexibilidad en el diálogo con Occidente, pero su victoria no marcará sin embargo una ruptura en la política de la República Islámica, ya que los temas estratégicos, como el programa nuclear o las relaciones internacionales, están bajo la autoridad directa del Guía Supremo, Alí Jamenei.
El sábado por la noche en un mensaje leído en la televisión estatal, el presidente electo saludó «la victoria de la moderación sobre el extremismo», pero insistió para que la comunidad internacional «reconozca los derechos» de Irán en materia nuclear.
Rohani, apoyado por los sectores moderado y reformador, «obtuvo 18,6 millones de votos (50,68%) de un total de 36,7 millones expresados», declaró el ministro de Interior, Mohamad Mostafa Najjar, en la televisión.
Agregó que «la participación había alcanzado 72,7%» de los 50,5 millones de electores convocados a las urnas, contra 85% en 2009.
El ganador fue felicitado por los otros candidatos así como por Ahmadinejad. El Guía Supremo también se expresó y afirmó que «todo el mundo debe ayudar al nuevo presidente y a su gobierno».
Divisiones en el campo conservador
Luego de una campaña átona, Rohani, cercano al ex presidente Akbar Hashemi Rafsanyani (moderado), se vio beneficiado tras el desistimiento del otro candidato reformador Mohamad Reza Aref y por el apoyo el martes del jefe de los reformadores, el ex presidente Mohamad Jatami.
También sacó provecho de las divisiones en el campo conservador, que presentaba cinco candidatos.
Superó por holgado margen a los tres principales candidatos conservadores: el alcalde de Teherán Mohamad Bagher Ghalibaf (16,5%), el actual jefe de los negociadores para el tema nuclear, Said Jalili (11,35%) y el ex jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite del régimen, Mohsen Rezai (10,58%).
Aunque es el representante del ayatolá Jamenei en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Rohani defendió una mayor flexibilidad en el diálogo con las potencias occidentales, cuyas negociaciones dirigió entre 2003 y 2005 bajo la presidencia de Jatami.
Durante la campaña, mencionó incluso la posibilidad de una negociación directa con Estados Unidos, enemigo histórico de Irán.
Pero había precisado no obstante que su «gobierno no será un gobierno de compromiso y de rendición».
Las elecciones se celebraron con una grave crisis económica como telón de fondo debido a las sanciones internacionales impuestas al país por su programa nuclear. Estas produjeron un alza del desempleo, una inflación superior al 30% y una depreciación del rial de casi 70%.
Poco después del anuncio de los resultados, Estados Unidos manifestó estar preparado para un contacto «directo» con Irán.
La Casa Blanca dijo que ese contacto estaría destinado a alcanzar «una solución diplomática que satisfaga totalmente las preocupaciones de la comunidad internacional sobre el programa nuclear iraní».
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que representa al grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, más Alemania) en las negociaciones con Irán por su programa nuclear, declaró estar «determinada a trabajar con los nuevos dirigentes (…) en vistas a una solución diplomática rápida al tema nuclear».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó a Rohani y, según anunció su portavoz Martin Nesirky en un comunicado, «tiene la intención de continuar trabajando con las autoridades iraníes y el presidente electo sobre los temas de importancia para la comunidad internacional y el bienestar del pueblo iraní».
En el mismo sentido se pronunció Francia. En un comunicado el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, declaró que Francia está «dispuesta a trabajar» con Rohani. «Las expectativas de la comunidad internacional respecto a Irán son fuertes», añadió.
Desde Londres, el ministerio británico de Relaciones Exteriores llamó a Rohani a que «aproveche la oportunidad para poner a Irán en un nuevo camino para el futuro»…
Alemania saludó el voto en Irán a favor de «una política exterior constructiva».