En la capital de la parroquia Águedo Felipe Alvarado, Bobare, cuando cae una lloviznita sus habitantes prefieren quedarse en casa antes que intentar pasar por lo que todavía llaman calles.
“Esas no son calles sino lagunas, y muy amplias y profundas”, argumenta Luis Alfredo Gil, siempre precupado por su poblado.
Y tiene toda la razón por cuanto la vialidad del mismo está convertida en un desastre del que se atribuye a quienes durante los últimos años han dirigido la alcaldía de Iribarren.
Informa que para el próximo 7 de julio está prevista la visita de la Divina Pastora a Bobare y desde ya están implorando a la patrona de los larenses no llueva antes y durante esos días porque si ocurre no podrán sacarla por la población ante el riesgo de quedar atascada en una de las inmensas lagunas.
Puso como ejemplos principales la avenida San Vicente, sector La Cruz y la calle El Centro, sector Simón Bolívar, también de La Cruz, donde sus habitantes están exigiendo desde hace años la eliminación de las lagunas que allí se forman y que permanecen durante días sinque a autoridad alguna le importe.
Martín Colina, otro luchador social de la parroquia Águedo Felipe Alvarado, también está preocupado por el estado en que se encuentra la vialidad.
El barrio La Democracia es otro sector bobareño donde no se puede transitar cuando llueve porque lo que aún llaman calles son quebradas, ríos o gigantescas charcas en las que hasta se puede nadar.
“Eso tenemos que hacer cuando llueve y tenemos que pasar hasta el centro por alguna necesidad o urgencia”, manifestó Benedicta Gil, una vecina.
Pero las inundaciones en la vialidad no sólo ocurren en el sector La Cruz y en La Democracia pues la misma situación se presenta en comunidades como Las Campanuelas, Las Delicias, Guillermo Luna, Cujizal y Las Colinas, entre otros, la mayoría de ellas en la zona norte.
En La Democracia también persiste el problema de la quebrada que le cruza de sur a norte, que al llover fuerte crece y se desborda, inundando viviendas de la zona, lo que ha ocurrido en varias oportunidades.
“Y el gobierno no hace nada como canalizarla para que no se salga más”, afirmó Dolores Giménez, también preocupado por los problemas existentes en Bobare.
También se registran inundaciones en las inmediaciones del cementerio y el estadio, impidiendo el ingreso normal a ambos.
La iglesia
Efigenio Sánchez, otro vecino, expresó su preocupación por la desidia que han mostrado desde todos los gobiernos, municipal, regional y nacional, ante el peligro que se cierne sobre la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe.
El templo fue cerrado hace unos diez años por los bomberos cuando detectaron graves fallas en sus viejas paredes y sus techos que amenazaban su estabilidad.
“Nadie se preocupa por nuestro templo, como si estuvieran esperando como solución que se caiga para hacer uno nuevo sin tomar en cuenta su importancia histórica”, agregó.
Recordó que hace algunos años desde España hicieron un donativo en euros para que se le hicieran algunas refacciones pero nada se reparó y tampco se supo el destino que se le dio a ese dinero.
Insistió en la necesidad de que la misma población, los devotos de Nuestra Señora de Guadalupe que asistían a los oficios religiosos para que se unan en un movimiento general y reclamen públicamente atención al estado deplorable en que se encuentra.
“Antes de que termine de caerse, que es poco lo que falta para que eso ocurra como se puede ver en el techo y en las paredes por las que pasa el agua sin problemas”, precisó Sánchez.
Por otra parte, en la población están implorando por la dotación de una ambulancia pues la existente vive accidentada y dependen solamente de la que opera Martín Colina, asignada a Protección Civil Bobare, que tampoco está en óptimas condiciones.
En general, en Bobare falta mucha acción gubernamental, en todos los sentidos.