Cuatro tiros le propinaron a Juan José Mendoza Jiménez, de 26 años, en el sector 1 de La Carucieña, la tarde del miércoles y horas más tarde murió en un centro asistencial al oeste de Barquisimeto. Por ahora, las autoridades investigan para determinar lo sucedido.
A las 06:30 de la tarde del miércoles Mendoza Jiménez, se encontraba conversando con unos amigos en la calle 8 entre carreras 3 y 5 del sector 1 de La Carucieña, cuando sujetos abordo de una moto pasaron por el lugar y le dispararon en cuatro oportunidades al ciudadano, quien quedó gravemente herido.
De ahí fue auxiliado y trasladado hasta el Hospital de Seguros Sociales Pastor Oropeza de Barquisimeto, donde fue atendido pero a las 2:00 de la mañana de ayer, falleció.
Vecinos de la zona comentaron que escucharon cuatro tiros por lo que de inmediato se metieron a sus residencias para evitar ser atacados por una de las balas. No sabían lo ocurrido ni de quién se trataba, estaban temeresos a salir nuevamente por si se desataba una balacera nuevamente. Luego supieron que se trataba de Juan José, quien aparentemente vivió por muchos años en la zona, en la actualidad lo hacía en la avenida Vargas, y estaba visitando a sus viejos “compinches” cuando lo mataron.
La Carucieña, perteneciente a la parroquia Juan de Villegas, una de las 12 incluidas en el plan Patria Segura, es una de las zonas donde mayores crímenes se registran. Según la opinión de quienes habitan por ahí, no se ve el patrullaje policial, sólo los fines de semanas. Calificaron el sector de “rojo”.
Tenía antecedentes policiales
Juan José Mendoza Jiménez estaba fichado en los registros policiales en tres oportunidad, la última, en noviembre de 2010, en un procedimiento realizado por Polilara en la carrera 22 entre carreras 22 y 23 donde lo capturaron por hurto de vehículos, fue trasladado hasta el Centro Penitenciario conocido como Uribana. Según el informe de las autoridades, para entonces residía en la calle 1 entre 5 y 6 del barrio San Francisco, diagonal a la Bodega Petra.
El hombre de 26 años, tenía un tatuaje con letras chinas en la espalda, y aunque los medios de comunicación social, intentaron hablar con los familiares, quienes se encontraban en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto en la espera del cadáver, respondieron con un rotundo no, diciendo que “la vida de él no le importaba a nadie”.
