La señora Ana Sandoval sigue con fe el dicho que reza: “El que madruga, Dios lo ayuda”, con el propósito de salir bien temprano desde su casa en la población de Yaritagua hasta Barquisimeto.
Encontrar los productos de primera necesidad que hoy en día están desaparecidos en los anaqueles del país, es la odisea que con frecuencia debe cumplir esta madre de familia.
Los rumores la llevaron a un establecimiento ubicado en el centro comercial Los Próceres. Con paciencia, espera su turno junto a su niña de 6 años con la esperanza de llevar el sustento al hogar. Entre su lista de productos por comprar se encuentran la harina de maíz, mantequilla, papel higiénico, cereales infantiles y aceite. Todos vinculados al compendio de productos que los usuarios nombran como desconocidos.
“Lo que estamos viviendo es una humillación al pueblo venezolano, no es posible que nos estén marcando como si fuéramos animales para hacer la interminable cola. Cada semana debo movilizarme a otro estado para conseguir los alimentos que necesito, porque en Yaracuy la cosa es peor”, indicó Sandoval mientras que al tiempo preguntaba sobre la llegada de la harina de maíz.
Asimismo, relata las consecuencias del desabastecimiento en su hogar. “Es inaguantable esta situación, hemos tenido que llegar al punto de cepillarnos los dientes con bicarbonato, para mantener nuestro higiene personal”.
Progresivamente la cola alargaba su diámetro, la información corría como pólvora y los clientes estaban más impacientes con la determinación de obtener algún rubro en escasez. Al observar las preguntas del equipo reporteril a los clientes, se acercó la señora Yomaira Martínez con el propósito de manifestar su declaración.
“Estoy acá con el miedo de que me despidan de mi trabajo, pero estoy haciendo el esfuerzo porque realmente necesito llevar algunos productos para mi hogar. Es indignante la situación de crisis económica que vivimos. Todavía no he visto las soluciones que manifiesta el gobierno a través de los medios de comunicación”.
Además, expresó tener un problema en su pierna izquierda, producto de un accidente que le impide estar por mucho tiempo de pie. Es por ello que sumó la consideración para los adultos mayores y personas con algunos problemas físicos.
El rubro llegó tiempo después con el orden descrito en la fiscalización de los funcionarios del Indepabis, quienes se encargan de la correcta distribución equitativa del producto con el costo que estipula la ley.
