Chorobobo es una localidad rural perteneciente a Palavecino, pero según aseveración de Carmen Pastora Barreto, residente de la zona, “las autoridades municipales borraron del mapa este caserío”.
Chorobobo pareciera ser un caserío fantasma, pues la primera impresión al entrar por el largo camino, de lo que una vez fue asfalto, son áreas sumergidas en la ruina y abandono.
Cueva de lobos
“Es una comunidad olvidada”, describió Barreto, quien inició su relato sobre los problemas que afectan a esa comunidad con el deterioro del alumbrado público.
-Corpoelec ha venido en varias oportunidades solo a mirar los bombillos quemados, pero no hacen ningún cambio. Hace tres meses acudieron con un camión cesta y se llevaron los faros con brazo y todo, pero no los repusieron, dejando en penumbras esta parte del caserío, enfatizó.
Las pocas calles que tiene la localidad, después de las siete de la noche, tienen el aspecto de cueva de lobos, según su angustiante narración.
Tierra de nadie
En una verdadera odisea se ha convertido transitar por las pocas calles de Chorobobo, pues la zona ha sido invadida por la inseguridad, basura y brotes de aguas negras.
Vecinos han apuntado la desidia en la que se encuentra sumergida esta comunidad, que coincidentemente acentúan que están sometidos al involuntario olvido de los organismos gubernamentales.
Los motorizados provenientes de Agua Linda (Yaracuy) y Los Rastrojos, ingresan con pistolas en mano a robar a todo aquel que se encuentre caminando en las calles.
Otra modalidad utilizada es el robo a residencias a la que ingresan corriendo armados y llevándose los pocos artefactos existentes. También despojan a los estudiantes que salen del liceo al caer la tarde.
Al realizar un recorrido por el referido lugar, se pudo apreciar que existe un cráter cada 50 metros, todos con nombre y apellido: Hidrolara.
Resaltaron los vecinos, que el poco asfalto que queda en la comunidad, ha sido intervenido por la hidrológica regional, que producto de sus constantes reparaciones a la desvencijada red de agua negras, no repone la capa asfáltica.
Ahogado en basura
“El aseo urbano pasa por aquí cada mes y medio”, denunció María Gómez, adicionando que la acumulación de desechos residenciales en las calles, esquinas y aceras, ya es rutinario entre los pobladores.
-No hay un sitio en donde uno se pare y no huela a excremento por el colapso de la red de cloacas o a basura, acentuó la señora Gómez.