La duda quedó sembrada en la conciencia del venezolano, por más que se intente mirar hacia otro lado y restarle importancia a las confesiones hechas por una de las figuras mediáticas más representativas del oficialismo.
Lo que se sospechaba se dijo, y esta duda que se ha sembrado cae con particular fuerza sobre los seguidores de un régimen que parece sin rumbo; los mismos que en un acto de lealtad hacia su líder genuino decidieron apostar por su heredero. Hoy deben mirar desconcertados la pantalla sin saber ya en que creer.
Mientras tanto el gobierno intenta de manera desesperada levantar una economía devastada, percatándose que su estructura mental y, mucho menos, sus capacidades están preparadas para enfrentar una realidad contundente, un país que se quedó sin aparato productivo y una economía fundamentalmente especulativa.
Todo lo demás son síntomas de esta realidad, inflación y escasez no son otra cosa que la expresión del colapso del modelo, que ha sobrevivido artificialmente gracias al oxigeno que da la renta petrolera. Pero al final el balance es simple, el modelo actual no le cumplió a miles y miles de venezolanos.
Ante este escenario dentro del Gobierno algunos buscan la manera de no hundirse con el barco, otros piensan qué hacer para tomar el timonel del barco (por muy golpeado que esté), mientras otros simplemente esperan hasta que aclare el horizonte para entregar su lealtad a un nuevo capitán. Solo muy pocos se mantienen realmente fieles a la dirección actual, probablemente por estar tan comprometida su responsabilidad que no tienen alternativa.
Abajo, el resto sabe que va a la deriva, esperando algo, aunque no sabe qué. No sin protestar ni quejarse, levantando la voz con más o menos fuerza, pero cada vez con más contundencia. Así, en este momento la protesta debe tener dos objetivos fundamentales: dejar constancia de la situación de descontento y, más importante aún, crear las condiciones para que más pronto que tarde algunas de las instituciones de poder en Venezuela cobre conciencia del rol que debe jugar, y desde ahí iniciar el largo proceso de recuperar el rumbo.
www.lombardidiego.wordpress.com
