La Red de Instituciones Larenses ¡en acción!
“El problema no es que las cosas estén mal…
El problema es que no hagamos nada por resolverlas”
Martin Luther King.
Formamos parte de un pueblo noble, económicamente joven, con más futuro que pasado que, tradicionalmente, ha actuado con optimismo ante las adversidades. Somos un pueblo pacífico que históricamente se ha comportado mansamente ante las situaciones impuestas que han coartado la suma de felicidad prometida por el estamento político desde épocas de nuestra gesta emancipadora pero siempre hemos reaccionado en la defensa de los derechos otorgados en las constituciones nacionales de todos los periodos republicanos.
Los venezolanos hemos marcado hitos en la “Historia Universal” en múltiples ámbitos, así podríamos mencionar, como simples ejemplos, a: Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre y hasta el mismo Libertador, Simón Bolívar. Humberto Fernández Morán marco pauta innegable en el ámbito científico y en la actualidad es imposible obviar la conquista mundial lograda por Gustavo Dudamel en el mundo de la música. Hemos lanzado al exterior a grandes poetas, escritores y, pare de contar, puesto qué, el espacio no alcanzaría para rendir tributo a tantos y tantos compatriotas que han dedicado su vida a enarbolar el tricolor nacional en las cúspides del mundo.
En la bien llamada “Tierra de Gracia”, Venezuela, disponemos de todo lo necesario para ser un país de primer orden; tenemos el recurso humano necesario para lograr el éxito. La eficiencia, eficacia y responsabilidad obligatoriamente deberá ser ejercida por el talento probo, creador y la productividad necesaria será lograda con el trabajo honesto de la población plenamente educada y capacitada para ello.
Es innegable que transcurren días difíciles pero, los venezolanos estamos forjados para enfrentar las adversidades y superarlas, así, lo demuestran los hechos acaecidos en los siglos próximos pasados.
Tenemos un Estamento Legal que fue ejemplo creador para las legislaciones del mundo. Nuestra población está acostumbrada a la democracia y a la libertad. El respeto al espíritu, propósito y razón del legislador probo impreso en Nuestra Carta Magna, las leyes y reglamentos de la República deben marcar el rumbo al progreso y a la solución de la crisis actual.
En la “Red de Instituciones Larenses” disponemos de los conocimientos necesarios para echar a andar la maquinaria productiva con honestidad y trabajo creador. Así lo hemos hecho con anterioridad y no tiene por qué ser diferente ahora, cuando la Patria más nos necesita. Tenemos el deber de exigir un comportamiento ético y moral del sector público y privado; sobre todo de aquellos a quienes compete el liderazgo nacional y local.
Sin pretender ser profetas del desastre debemos darnos cuenta de la verdadera dimensión de los problemas que enfrentamos para escoger a los mejores y disponernos a resolverlos con perseverancia, solidaridad, valor, coraje, lógica, razón y sensatez.
Defendamos nuestros ancestrales principios y valores. El camino decente tiene que ser demarcado por baquianos que tengan pleno conocimiento y estén seguros de lo tortuoso que afrontamos en lapsos inmediatos; a mediano y a largo plazo.
Los índices inflacionarios deben revisarse objetiva y pragmáticamente, pisando tierra, sólo así se podrán tomar las arduas decisiones que son necesaria de implementar para solucionar la grave problemática que enfrenta la nación en ámbitos como el económico, social y hasta el ecológico.
La soberanía nacional debe ser defendida a cabalidad, comenzando por la soberanía agroalimentaria; tan sólo por ser el sector primario. En la Red estamos integrados representantes de un vasto sector agropecuario con tez curtida por el sol y manos callosas; con surcos que igualan a la tierra que hemos trabajado, algunos con conocimientos archivados en grisáceos cabellos y con una gran disposición de aceitar la maquinaria productiva para echarla a andar cuando lleguen los vientos favorables.
Dios nos concedió las reservas petroleras más grandes del mundo y es la razón por la cual sobrevivimos a pesar de los problemas que se han desbordado. La Seguridad Jurídica habrá de ser el faro que nos guie a través de la tempestad y con el cumplimiento de las garantías otorgadas en nuestra Carta Magna, aquellos que estamos enraizados a nuestro terruño, lograremos superar los escoyos impuestos por la ineficiencia, ineficacia, inoperancia e irresponsabilidad. Nuestra fortaleza no acepta debilidades.
