Este 14 de junio, Día mundial del donante de sangre, resulta imperioso que la población comprenda que se trata de una actividad segura y que el organismo recupera rápidamente cada uno de los elementos.
“Este regalo puede ser dado fácilmente sin temor a que la donación regular debilite a la persona o le ocasione cualquier efecto adverso”, explica la doctora Maribel Meléndez. Y es que muchos mitos se han levantado alrededor de esta noble causa, como por ejemplo que el procedimiento tiende a generar un aumento de peso. Lo cierto es que la donación de sangre no tiene porqué engordar ni producir ningún otro efecto en el donante. Según la hematóloga, “el seguimiento de donantes voluntarios repetidos, ha permitido desmontar muchas de estas creencias.
Algunas personas incrementan la ingesta de alimentos y nutrientes posterior a la donación de sangre, con la falsa idea de necesitarlo para recuperarse más rápido. Esto es innecesario ya que el cuerpo humano tiene mecanismos fisiológicos que le permiten recuperar los valores de forma natural”.
Requisitos para donar sangre:
*Tener la voluntad de querer salvar vidas.
*Tener de 18 a 60 años de edad.
*Pesar más de 50 kilos.
*Poseer buen estado de salud.
*Ingerir alimentos previamente.
*Cédula de Identidad laminada.