El papa Francisco aseguró este martes que «San Pedro no tenía cuenta en el banco», al defender una iglesia pobre que rechace la mentalidad «empresarial» durante la habitual homilía que pronuncia todas las mañanas en la capilla de la residencia Santa Marta en el Vaticano.
«Cuando se quiere una iglesia rica, la iglesia envejece, pierde vitalidad», advirtió el papa argentino al reiterar que optar por una iglesia pobre «nos salva del riesgo de convertirnos en organizadores, en empresarios», dijo durante la misa concelebrada con Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe (ex Santo Oficio).
Desde que fue elegido en marzo pontífice, Francisco celebra la misa matutina en la capilla de la residencia donde vive en el Vaticano ante unas sesenta personas, entre ellos funcionarios de la Santa Sede e invitados.
El Papa fustiga a menudo la riqueza y la vida mundana dentro de la Iglesia y defiende la pobreza como virtud evangélica, que, según la enseñanza cristiana, abre el corazón de las personas a Dios y a los otros.
Pocos días después de su elección, ante unos cinco mil periodistas de todo el mundo, el Papa aseguró que quería «una Iglesia pobre, para los pobres» y según fuentes religiosas prepara una encíclica sobre la pobreza.