De diciembre a abril, trabajan bajo el sol inclemente; de mayo a noviembre, retan a las fuertes precipitaciones.
En total, 78 buhoneros informales, a diario, se ubican en avenidas principales de la ciudad para ofertar infinidad de productos a choferes particulares y transportistas.
Forros de volantes, ambientadores, películas, banderas, paños, gorras y hasta paquetes de papel sanitario, es lo que ofrecen al público.
La petición
“Queremos pedir a las autoridades municipales que nos instalen quioscos en puntos determinados de las avenidas, porque pasamos muchos trabajo. Cuando llueve no tenemos dónde meternos y dónde resguardar la mercancía.
Nos hemos acercado a los organismos de la alcaldía, pero no nos prestan atención”.
Así declaró Gonzalo Peña, quien desde hace seis años vende forros de volantes en la avenida Libertador y estableció contacto con EL IMPULSO.
Sin representante
“Una comisión fue hasta la dirección de abastecimiento, pero los mandaron directamente al Palacio Municipal.
No sabemos con quién hablar, y no sabemos quién nos representa o a cuál organización nos podemos incorporar. En todo caso, pedimos que se generen fuentes de empleo porque las condiciones en que trabajamos son deplorables”, agregó.
Peña aseguró que en los últimos cuatro años, ha visto desfilar por las avenidas, al menos cinco vendedores.
“Aguantar el sol durante todo el día, sin tener un espacio para comer. Sólo estamos pidiendo unos quioscos que dignifique nuestra condición de trabajo.
Vamos a esperar un mes, y si la alcaldía no da respuesta, vamos a tomar acciones de calle.
Contactaremos a todos los compañeros y acudiremos a la alcaldía a pedir una audiencia con la misma alcaldesa Amalia Sáez. Esperemos se acuerde que somos pueblo”.
«Estamos totalmente ignorados»
Carlos Mendoza, buhonero, declaró:
“Hace quince días llegaron unos motorizados, y se llevaron toda la mercancía que teníamos y también nos quitaron el dinero que habíamos recolectado unos cuatro compañeros y mi persona.
Estamos totalmente ignorados por las autoridades y nos ven como una molestia porque todos los días ofrecemos artículos. La verdad es que igual tenemos compromisos con nuestras familias y ante el problema para conseguir trabajo, esta es la opción que tuve.
Pido a las autoridades que atiendan lo que estamos pidiendo. Esto nos permitirá tener nuestras cosas en un lugar seguro y no en el piso. Podremos comer tranquilos. Por ejemplo, el lunes de esta semana, se mojaron nuestras cosas personales y la mercancía”.