Las FARC calificaron de gesto de «provocación» el que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, hubiese recibido en Bogotá al líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, al tiempo que llamaron a «todos» a defender el proceso de paz que se desarrolla en Cuba.
A través de un comunicado, firmado por su mando, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), señalan que Santos «sabía que su provocación contra el gobierno legítimo de Venezuela estallaría como petardo en la mesa de diálogo de La Habana».
Tras el encuentro del pasado 29 de mayo en Bogotá entre Santos y Capriles, que no reconoce la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del 14 de abril, Venezuela desató una pesada artillería de críticas pero días después dio por superado el tema.
En el comunicado los rebeldes dicen que para ellos «el tema Venezuela, país acompañante y facilitador del proceso, era muy sensible para las FARC, que ve en los venezolanos el principal factor generador de confianza, y en consecuencia a artífices fundamentales del proceso de paz».
Agregan que «no son pocos los que creen» que el paso del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, por Bogotá, en donde el pasado 27 de mayo sostuvo una entrevista con el presidente Santos, fuera «el origen del arrebato santista».
Y asocian que esa visita está relacionada con un supuesto plan de Estados Unidos para «desestabilizar y descarrilar gobiernos populares como los de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Uruguay, entre otros».
Para los rebeldes, la «invitación» de Santos a Capriles les causa «perplejidad» sobre todo después de que los equipos negociadores cerraran en los diálogos de La Habana, el tema de tierras, considerado «la nuez del conflicto» interno en Colombia.
La actitud de Santos desinfló el optimismo, la atmósfera favorable a la paz que se había logrado construir con tanto esfuerzo en La Habana. La cuestión se resume en el hecho de que si no fuera por Venezuela no tendría lugar el diálogo de paz de la capital cubana».
A juicio de las FARC, el presidente Santos «es contradictorio» porque al tiempo que pretende pasar a la historia como «el presidente que hizo la paz» propicia una cadena de actos que van en contravía de ese propósito.
Dicen que «nadie entiende» por qué el Gobierno rechaza «la necesaria tregua bilateral propuesta» por las FARC desde el inicio de las conversaciones.
Desde el inicio de los diálogos, el presidente Santos dijo que las conversaciones se desarrollarían sin cese al fuego.
Agregan que «hasta el propio Presidente en persona no deja pasar oportunidad para descalificar al interlocutor con acusaciones infundadas y amenazas de ruptura».
Insisten en que «éste no es un proceso de sometimiento», sino de construcción de paz».
Pese a las críticas, las FARC hacen un llamamiento a que «todos» tienen que «defender el proceso de paz» y aseguran que «Gobierno, guerrilla de las FARC y las organizaciones sociales y políticas del país» deben sumar voluntades para que luego de décadas de confrontaciones bélicas» se pueda alcanzar «la anhelada reconciliación».
Desde noviembre del año pasado, las FARC y el Gobierno colombiano adelantan diálogos de paz. Tras seis meses de negociaciones las partes cerraron el primer punto de la agenda: el referente a tierras.
La siguiente fase de los diálogos de paz en La Habana comenzará el 11 de junio y estará centrada en la participación en política.