David Ferrer, cabeza de serie N.4 del Abierto de tenis de Francia, derrotó, 6-1, 7-6 (7/3) y 6-2, al francés Jo-Wilfried Tsonga (N.6), el gran crédito local, este viernes en la semifinal jugada en en el court central de Roland Garros, y enfrentará a su compatriota Rafa Nadal en la final.
Éste, tercer cabeza de serie de la prueba cuyo título defiende, tuvo que batallar para derrotar en el primer turno al N.1 mundial de la ATP, el serbio Novak Djokovic, en un maratónico partido a cinco sets, con marcador de 6-4, 3-6, 6-1, 6-7 (3/7) y 9-7 tras 4 horas y 37 minutos de juego en el mismo escenario.
Ferrer llegó a su primera final de un torneo del Grand Slam sin haber perdido un solo set en los seis partidos consecutivos, o sea, ganó en total 18, con un balance de 110 juegos a favor y sólo 40 en contra.
Tras esta victoria no pudo reprimir su emoción. Sus primeros comentarios fueron: «para mí es un sueño estar en la final de Roland Garros, éste es un torneo muy especial para mí, y también mi primera final en un Grand Slam (…) Contra Rafa voy a jugar a tope, y espero que el público disfrute de un muy buen partido».
La primera manga fue un monólogo magistral del alicantino, de 31 años de edad, quien hizo el break al de Le Mans, de 28, en el segundo, cuarto y sexto juego en 33 minutos de intercambios, para finalizarla 6-1.
En el segundo game del set siguiente, el anfitrión tomó las riendas del parcial al lograr quebrarle el servicio al español, y con el suyo ponerse 3-0 arriba, sin embargo, este último no se dejó amilanar, a pesar de la presión de los fans desde las tribunas repletas a favor del local, y logró la inflexión para 3-2 e igualó en el sexto con su servicio.
Luego, Ferrer volvió a hacer el break en el séptimo juego, lo que Tsonga le retrucó inmediatamente manteniendo la paridad en la manga hasta que llegaron al tie-break, que Ferrer, sin pestañear, ganó 7-6 (7/3).
La tercera tuvo la misma tónica general, con el de Jávea, quien vive una especie de ‘segunda juventud’, dominador. Así logró quebrar el servicio de su anfitrión en el cuarto juego, para 3-1 y luego seguir a 4-1 con el suyo.
El parcial finalizó con marcador de 6-2 con un nuevo quiebre a favor del vencedor después de 2 horas y 4 minutos de juego en total.
Con esta nueva victoria, el español puso 3-1 a su favor su ‘mano a mano’ personal con el francés, un muy buen jugador pero que pareció desconcentrado y abrumado por la superioridad de su rival en la ocasión.
Foto: Reuters