Los cancilleres de la OEA analizan este miércoles en Guatemala nuevas estrategias para enfrentar al narcotráfico, pese a que Estados Unidos insiste en su política antidrogas y rechaza alternativas como la despenalización.
Veintiséis cancilleres y delegados de 34 países miembro activos de la Organización de Estados Americanos (OEA), reunidos en la colonial Antigua Guatemala, a 45 km de la capital, debaten mecanismos que van desde el fortalecimiento de la cooperación en seguridad hasta la polémica despenalización y legalización de las drogas.
Una discusión que se da por primera vez desde que hace cuatro décadas el gobierno de Estados Unidos lanzara la llamada guerra contra las drogas, basada en la represión y la persecución policial y militar.
«Se acabó el tabú de numerosas décadas», dijo el secretario general de la OEA, Miguel Insulza, al inaugurar el 43 período de sesiones de la Asamblea General, al que asiste el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Al frente de una delegación compuesta por los funcionarios que ejecutan la política antidrogas de Estados Unidos, Kerry se reuniá este miércoles con los cancilleres de Colombia y de Perú, países que son los mayores productores de cocaína del mundo, y con el de Venezuela, el principal crítico de Washington en América Latina.
La reunión «va a permitir la transmisión directa al gobierno del presidente (Barack) Obama de la visión que tiene el gobierno de Venezuela, de lo que deben ser las relaciones entre nuestros dos gobiernos», afirmó en Caracas el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Los cancilleres tienen también sobre la mesa el largamente discutido proceso de reformas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la que Venezuela y sus aliados como Bolivia, Ecuador y Nicaragua, acusan de plegarse a los intereses de Estados Unidos.
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