De Navíos, Ron y Chocolate, la cuarta película de la cineasta venezolana Malena Roncayolo, se estrenará el 21 de junio en las salas de cine del país. Un largometraje que relata las aventuras de los inmigrantes provenientes de la isla de Córcega (Francia), que llegaron a Venezuela en el siglo XIX y XX.
Una historia llena de testimonios, que a través de un recorrido visual, le permitirá al espectador conocer los viajes desde Francia hasta el Caribe, llenos de peligros y sorpresas, asumidos por gente atrevida que se involucra con el sueño americano desde el siglo XXVIII hasta nuestros días.
La cinta tuvo la oportunidad de participar en el Festival de Cine Francés en Caracas, en el Festival Latinoamericano de Marsella (Francia) y en el Festival del Mediterráneo en Córcega (Francia). Recientemente fue transmitida por la televisión francesa.
EL IMPULSO conversó con la guionista y directora, Malena Roncayola, quien manifestó que este filme es «una historia de familia, que habla de la primera generación de esos franceses que llegaron a Venezuela, quienes no hablaban español, pero de forma rápida se integraron al mundo criollo».
Explicó que fue una gran producción, con una puesta en escena particular. «Que se estrenará el 21 de junio por el solsticio de verano, por cábala, para la buena suerte. Una historia desconocida, que no se ha contado».
Todo comenzó por una investigación personal que hizo, «donde me encontré con este mundo fascinante y desconocido, que pertenece a la historia de Venezuela, como es la presencia de los inmigrantes franceses, quienes llegaron a Venezuela, procedentes de la isla de Córcega, para desarrollar la región. Llegaron en diferentes oleadas en los siglos XIX y XX, creando un mundo de desarrollo y comercio en el oriente del país y las islas del Caribe».
Para hacer esta película la cineasta se documentó aproximadamente durante 10 años. «Tengo una biblioteca completa del tema (inmigración), donde empiezas por una pequeña parte y se abren puertas y ventanas por donde te metes. Hace cinco años me dije que toda esa información servía para una película, porque es un tema muy apasionante».
Sobre la filmación comentó que se realizó en varios períodos. El cacao se filmó en la hacienda de Paria. El rodaje se realizó en Anzoátegui, Sucre, Monagas, Ciudad Bolívar, Miranda y Aragua. También se hicieron tomas en Córcega, Marsella y París (Francia). Contó con el apoyo de la Asociación de Corsa. En el rodaje participaron los descendientes de las familias corsa.
El guión estaba bastante ajustado a sus conocimientos. «Tenía mucha información, pero cuando llegas al sitio consigues tantas cosas, que quieres grabar todo, y grabé mucho, como para una serie (risas). Para el cine dura 80 minutos, pero hice una versión para la televisión francesa que dura 90».
Antes de este trabajo, sus filmes anteriores también fueron de época, por eso no le costó relacionarse con este tema, aunque confesó que fue difícil conseguir algunas cosas, «porque en Venezuela no importa la época, las cosas desaparecen, lo que importa es el día de hoy y el mañana, el pasado no tiene importancia».
La post-producción también fue larga, fueron dos años de trabajo y contó con ocho personas para los efectos visuales. «Realmente estoy muy satisfecha con De Navíos, Ron y Chocolate. Quería mostrar más cosas, pero no caben en la película, el cine es así, se graba mucho, pero tienes que escoger».