“Durante los últimos años el alcalde de Andrés Eloy Blanco, con dineros del Municipio, se ha dedicado a comprar terrenos e inmuebles a los cuales no se les da uso alguno, además de convertirse en enemigo del deporte, como lo ha demostrado en varias oportunidades”.
Lo declaró así la concejal Soledad Liscano, de la Mesa de la Unidad Democrática, al tiempo de aclarar que no votó por la expropiación del campo de fútbol de Sanare, en Fundayacambú, como se dijo erróneamente.
Con respecto a ese campo, dijo que es el único destinado a esa especialidad deportiva existente en todo el municipio pues hay otros tres, en Palo Verde, Miracuy y Tintinal, pero son para el béisbol.
Lamentó que allí la Alcaldía haya invertido casi 400 millones de bolívares de los anteriores y ahora se decidiera darle otro uso, lo cual significa que todo ese dinero se ha perdido.
Refirió que primero, en 2001, se pagaron 133 millones 146.515 en la compra del terreno a la sucesión Zerpa; luego, en 2002, otros 40 millones en el movimiento de tierra, 100 más en el 2002 para la segunda etapa, en la construcción de las gradas y otros 100 millones en el 2003, también en las gradas.
“Todo esa cantidad de dinero se perderá pues la cámara municipal, sin mi voto, le aprobó al alcalde el cambio de uso para que allí se construya una aldea universitaria”, precisó Liscano.
Aclaró que no está en desacuerdo con la aldea universitaria pues también le hace falta a Sanare, pero se pudo haber ubicado en otro sitio para no perjudicar a la cantidad de niños y jóvenes que allí se reúnen a practicar fútbol.
La edil resumió que en los últimos años el alcalde Orozco ha invertido 6.075 millones 490 mil bolívares con 99 céntimos de la Alcaldía en la adquisición de terrenos e inmuebles a los cuales no se les ha dado ningún uso. Esto indica que son dineros derrochados que pudieron haberse invertido en obras necesarias para las comunidades.
Citó los casos de la casona de la vía hacia Quíbor donde, supuestamente, funcionaría el comando de la Policía Municipal, la cual fue desmantelada por completo; el inmueble del puesto policial del sector Hacha, en el Parque Nacional Yacambú, también abandonado; terreno inmediato al liceo para la ampliación del mismo, otro en el barrio El Cementerio para una escuela que nunca se construyó, así como varias fincas cuyo destino o propósito se desconoce.
Se quejó porque a pesar de las irregularidades que esas adquisiciones representan, la Sindicatura Municipal no ha elaborado informe alguno, como tampoco por el cambio de uso del terreno del campo de fútbol, para cuyo despojo no fue consultada la liga que rige ese deporte en el municipio Andrés Eloy Blanco.
Liscano se preguntó, ¿ahora dónde van a hacer deporte esos muchachos, niños, adolescentes y jóvenes que allí se reunían con frecuencia, sobre todo los fines de semana, y de esa manera se alejaban del peligro de las drogas que tan amenazados les tienen?
Enfatizó que, inexplicablemente, ningún organismo contralor le ha pedido cuentas al alcalde sobre los millones invertidos en esas compras inútiles para las comunidades mientras estas padecen por la carencia servicios como vialidad, agua y cloacas.
