Cuba arrancó el martes el programa de ampliación del servicio de internet a sus ciudadanos en lugares públicos especialmente acondicionados para la navegación, aunque los usuarios esperan que los precios sean más accesibles en el futuro.
«Es un servicio que nos abre las puertas a internet y a mucha información que anteriormente era un poco difícil de tener», dijo a The Associated Press Alberto Tamargo, un estomatólogo de 33 años, uno de los primeros en acercarse a las salas de navegación abiertas en la isla.
Cuba anunció la semana pasada que pondría en funcionamiento 118 de estos ciberespacios para la población pero no permitiría la contratación del servicio doméstico debido a la falta de infraestructura y a un criterio de distribución social del recurso.
Una visita de la AP a estos lugares el martes mostró cómo las personas hacían filas, se acercaban a preguntar, firmaban contratos con la empresa estatal ETECSA para tener cuentas permanentes -les ofrece algunas ventajas más que las temporales como una dirección de correo propia- o compraban tiempo para navegar en ese momento.
En la sala de la calle Obispo en La Habana Vieja, por ejemplo, se habían colocado 12 pequeños cubículos de color azul con una computadora cada uno y la gente fluía a pesar de un persistente temporal.
Tamargo indicó que él tiene acceso en la Universidad de La Habana a intranet, la red local habilitada por Cuba desde hace años desde donde visita páginas locales, pero esta es una oportunidad que no desperdiciará para comunicarse con colegas de otros países o para fines investigativos.
Sin embargo, no se sintió molesto por tener que venir a las cibersalas.
«No me parece que sea un problema político o ideológico», dijo Tamargo sobre las salas. «Esta es la manera cubana de hacer (la distribución del servicio), me parece adecuada».
Hasta la fecha el acceso internacional pleno estaba limitado a los hoteles o en pocos casos mediante permisos especiales para firmas extranjeras.
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