El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció este lunes el apoyo internacional a los diálogos de paz de su gobierno con las FARC, luego de haber denunciado supuestas amenazas de muerte de esta guerrilla contra sindicalistas y de atravesar por una tensión diplomática con Venezuela.
El mandatario resaltó a través de su cuenta oficial de la red social Twitter el respaldo expresado recientemente por la ONG The Elders, creada por Kofi Annan (exsecretario General de la ONU), y el apoyo manifestado por el presidente uruguayo, José Mujica.
«Muchas gracias a Kofi Annan, Nelson Mandela (premio Nobel de Paz), Fernando Henrique Cardoso (expresidente de Brasil), Jimmy Carter (expresidente de EEUU) y demás personalidades por su generoso apoyo a la paz», publicó Santos.
Santos agradeció el respaldo que expresaron a través de una carta los integrantes de esta ONG, que además reconocieron sus esfuerzos por la paz colombiana y se ofrecieron a colaborar en el proceso que desde 2012 lleva a cabo su gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC).
Saludó asimismo al presidente Mujica, quien llamó a la comunidad internacional a colaborar en el proceso de paz en Colombia, en una entrevista divulgada el domingo por el diario español El País.
«Le agradecemos también al presidente de Uruguay por su apoyo y por resaltar importancia de proceso de paz para la región y para el mundo», publicó Santos en Twitter.
En contraste, el jefe de Estado colombiano denunció el domingo la circulación de supuestos panfletos de las FARC con amenazas de muerte contra sindicalistas colombianos y advirtió que esto pondría en peligro los diálogos de paz, que buscan una salida pacífica al conflicto armado en Colombia.
Sin embargo, Santos confió en que «esto es apócrifo (falso)» y que «alguien lo está circulando precisamente para crear cizañas, porque hay mucha gente que quiere envenenar el proceso».
Este lunes a través del blog (pazfarc-ep.blogspot.com), de la delegación guerrillera que lleva diálogos de paz con el gobierno de Santos en La Habana, el secretariado (mando central) emitió un comunicado con el título: «Rechazo rotundo a las afirmaciones del presidente Juan Manuel Santos».
En el documento firmado «desde las Montañas de Colombia» esta guerrilla aseguró que «darle credibilidad a un panfleto apócrifo no muestra disposición sincera a recorrer los difíciles caminos de la construcción de acuerdos para encontrar una salida diferente a la guerra».
Esta tensión entre el gobierno colombiano y las FARC surge después de que el pasado 26 de mayo ambas partes alcanzaron un acuerdo sobre el problema agrario, primero de los cinco puntos de la agenda de negociaciones, tras seis meses de conversaciones.
De otro lado, el gobierno de Santos también enfrentó una fuerte tensión en las relaciones diplomáticas con el gobierno de Venezuela, país que actúa como acompañante de los diálogos.
El gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció la semana pasada que revisará si continua apoyando el proceso de paz, luego de que Santos recibió en Bogotá a Henrique Capriles, excandidato presidencial venezolano y líder de la oposición, quien impugnó el resultado de las elecciones presidenciales de abril.
Los diálogos de paz, que además cuentan con el apoyo de Noruega y Cuba, como países garantes, y de Chile, como acompañante, se reanudarán el próximo 11 de junio, cuando ambas partes analizarán el segundo punto de la agenda: la participación política de la guerrilla.
Entonces, quedarán pendientes por discutir los temas de agenda sobre las drogas ilícitas, el abandono de las armas y la reparación a las víctimas del conflicto.
Las FARC, fundada en 1964 tras una insurrección campesina, es la principal guerrilla de Colombia y la más antigua de América Latina, con unos 8.000 combatientes en la actualidad, según cifras oficiales.
El conflicto armado de Colombia, en el que también han participado otras guerrillas de izquierda, grupos paramilitares de derecha y organizaciones de narcotraficantes, ha dejado más de 3,7 millones de desplazados, 600.000 muertos y 15.000 desaparecidos a lo largo de casi 50 años.