Un segundo por favor…

Por favor un alto, un segundo para ponderar en su justo valor dónde estamos.
Venezuela es un país que cuyo problema de inseguridad afecta a todos sin importar se esté o no con el gobierno, es un país donde la inflación deteriora aceleradamente nuestra calidad de vida sin importar usted esté o no con el gobierno, un país donde encontrar productos de la cesta básica es una odisea y el pésimo estado de los servicios públicos perjudica a todos por igual, sin importar usted esté o no con el gobierno.
Entonces ¿es un problema de afinidad política? Pues no, es un problema tan absurdo, que por absurdo es fácilmente superable, es decir, sólo basta dejar ver a los políticos como seres superiores, como supra-autoridades incuestionables, como Mesías a quienes hay que perdonarle sus errores.
Los problemas que azotan a Venezuela cambiarán desde el mismo momento en que los venezolanos vean a los gobernantes como lo que son: empleados públicos, empleados que están obligados a resolver problemas ¡sí obligados! porque para eso se les paga con dinero público, tan es así que este 2013 el 72% del presupuesto de la nación provine del pago de impuestos que usted que lee estas líneas saca de su bolsillo, y entonces ¿vamos a seguir con esta predica de mediocridad política donde el pueblo trabaja para los gobernantes? Año a año los problemas arriba mencionados se agravan, aún así seguimos permitiendo que los políticos nos distraigan con discursos, actos, eventos, cifras y sobre todo mucho show, muchísimo show, una vez más reclamamos por esta vía que la política en nuestro país se ha convertido en un costosísimo entretenimiento que nos está denigrando la vida aceleradamente.
Venezuela sólo espera que sus habitantes despierten obligando a los gobernantes ser trabajadores eficientes para el pueblo… no al revés donde sólo los gobernantes viven como ricos y los demás en pobreza asistida.