A pesar de las voces agoreras que se refieren al cambio de política informativa en el canal de noticias Globovisión como el cierre de una ventana a la alternativa democrática, Andrés Cañizález, profesor e investigador de la Universidad Católica Andrés Bello, considera que el hecho de que un medio haya decidido hasta ahora ser una plataforma para los discursos de la oposición, no debe significar que esa es la misión de un medio de comunicación.
De hecho, sobre el incidente surgido por la negativa del canal de transmitir una actividad del excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski en el estado Lara, la cual fuera criticada incluso por el afectado quien señala la existencia de una orden de la nueva directiva del medio para no transmitir en vivo sus actividades, Cañizález expone que la obligación de un canal de transmitir en directo las alocuciones de un actor político, así como darle cobertura periodística a sus actividades, es un asunto discutible.
Por lo tanto, el catedrático recomienda a la oposición pensar nuevas formas en las cuales deberá transmitir sus mensajes a los venezolanos, sin depender en gran medida de los medios radioeléctricos, susceptibles a las sanciones del Estado mediante organismos como la Comisión Nacional de Telecomunicaciones.
“Si estamos todos claros de que el tema televisivo es de mucha preocupación para el Gobierno, la oposición debe tener una estrategia alternativa a eso, no se puede quedar cruzada de brazos mientras se les van cerrando las puertas. En el caso de Globovisión, alguna gente ha dicho que se trata de un blackout, una censura, pero habría que ver como se comporta”, dijo.
En cuanto a las expresiones en contra de la televisora, manifestadas a través de las redes sociales con iniciativas como el boicot para disminuir su número de seguidores (que hasta ahora ha provocado la partida de miles), el especialista las califica como la expresión de un sector radical de la oposición venezolana, que de alguna manera siente que las recientes decisiones son un indicio de la pérdida de espacios de la oposición en Globovisión. Una actitud que asegura no sería correcta en estos momentos.
“Hay que mirar las cosas serenamente, observar lo que ocurre en el canal. Quienes dejan de seguir a Globovisión a través de Twitter, deberían más bien mantenerse para poder hacer veeduría, replicar lo que se diga y mantenerse como ciudadanía activa. Lo demás es una decisión visceral, emotiva y poco productiva en términos políticos”.
Cañizález tampoco desestima el mensaje dejado por la permanencia de figuras como “El Ciudadano” Leopoldo Castillo y Jesús Chúo Torrealba, que muestra la posibilidad de que los espacios del canal sigan abiertos a la disidencia, además del hecho de que el resto de los programas se mantienen al aire sin cambios.
Red de redes con limitaciones
En el caso de que se cerrara la participación de la oposición en los medios, una alternativa para transmitir el mensaje pudiera ser la internet, a través de las redes sociales, sin embargo, Andrés Cañizález expone que si bien en Venezuela hay una alta tasa de ciudadanos conectados, en su mayoría estos representan a la clase media profesional, que maneja varias opciones de información y entretenimiento, están suscritos a planes de datos y tienen televisión por cable.
“Llegado el caso de que se censurara un mensaje opositor, crítico al Gobierno en Globovisión, eso no es reemplazable por las redes sociales, porque en términos de formación de opinión pública en Venezuela, la televisión sigue teniendo un peso importante”, dijo.
En el caso del lanzamiento de canales a través de la internet, como el supuesto proyecto anunciado que incluiría Marcel Granier y a Alberto Federico Ravell, el especialista lo considera un opción limitada por el estado de la red de redes en un país que figura entre los últimos lugares en torno al ancho de banda en el continente, por lo cual las conexiones son lentas y complican las transmisiones.