El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, terminó una visita a Brasil el viernes diciendo que era hora para que las dos mayores economías en América se vuelvan socios más cercanos en temas comerciales, de inversión y energía.
«Estamos preparados para una relación más profunda y amplia en todos los temas, desde militares hasta educación, comercio e inversión», dijo Biden a periodistas tras reunirse con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Durante su visita de tres días, Biden elogió a Brasil por sacar a millones de personas de la pobreza en la última década y mostrarle al mundo que el desarrollo y la democracia no son incompatibles. No obstante, también llamó a Brasil a abrir más su economía a empresas extranjeras y a ser más directo en la defensa de los valores de la democracia y el libre mercado.
Las relaciones entre Washington y Brasilia han mejorado desde que Rousseff llegó al poder en 2011 y adoptó una política externa menos ideológica que su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, quien creó lazos con Irán y se acercó al Gobierno anti-estadounidense de Venezuela del fallecido Hugo Chávez.
Mientras la mayor economía latinoamericana crecía gracias a un impulso en las materias primas durante la última década, China desplazó a Estados Unidos como mayor socio comercial de Brasil debido a sus grandes compras de soja y mineral de hierro brasileño.
Percibiendo el advenimiento de mejores lazos entre Brasilia y Washington, empresas de ambos países presionan activamente por una sociedad estratégica entre los dos países que permita normas de inversión más flexibles, un tratado que ponga fin a la doble tributación y un programa de exención de visa para facilitar los viajes de turistas y ejecutivos.
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