Reflexiones en positivo – Lo militarizado y lo civilizado

Años de dimes y diretes en el acontecer político nacional, que si en la primera república hubo muchos traidores para la causa y la patria, que Páez y otros no fueron sumisos en seguir los lineamientos de Simón Bolívar, que se comportaron como personalistas en el desarrollo de la república y pare de contar, para justificar o negar los éxitos y fracasos de lo que han sido los gobiernos y en el momento sus opositores que no han dejado de pretender ser gobierno, que señalar rumbos ciertos de desarrollo del país dentro del contexto internacional.
En conversaciones con un amigo al respecto, me expresaba que si él tenía poder para eliminar la música con cadencia militar y la letra (llamando a la violencia) de todos los himnos de los estados lo haría, de tal manera de transformar al venezolano hacia la modernidad y avanzar en Venezuela sin libertadores y creadores de esas ya cinco repúblicas.
En este resumen de tiempo histórico siempre estará la exaltación de la violencia con la utilización de las fuerzas militares para hacerse o mantenerse en el poder.
En el tiempo en que no manejaron fuerzas regulares cada héroe o villano tuvo sus razones para justificar su actuación, que no fue ni es otro que ser el máximo defensor de la patria, de su soberanía, de su independencia, de su pueblo, del manejo honesto del erario público y de las riquezas del estado, que la insolencia de los imperios extranjeros no intenten mancillar nuestra soberanía, con estas expresiones rimbombantes esa nación en algún momento mi y tu Venezuela, fue considerada como la propiedad privada de un general que llegó a organizar, lo que hoy se consideran fuerzas armadas regulares, con profesionales para hacer la guerra, a partir de ahí se dio tres golpes de pecho, manifestando a sus amigos y allegados después de pagar la deuda externa, ahora si está mi Venezuela libre e independiente, es mía, a partir de hoy, las decisiones económicas, sociales, políticas y religiosas las tomo yo soberanamente porque soy su presidente, comandante en jefe, recuerden generales que en pueblos y ciudades, hatos, haciendas, dependencias del gobierno, se utilizan las fuerzas armadas militares, para garantizar la seguridad del gobierno, puesto que, esto está legitimado en el artículo constitucional: “Las fuerzas armadas son una institución creada por el estado para garantizar la integridad física de la nación, la libertad, la soberanía nacional, apolíticas y no deliberantes que protegerán a las autoridades legítimamente constituidas”, entre nosotros algo parecido a: ustedes son mi corte suprema de justicia, mi poder legislativo, la legitimidad de la autoridad la doy yo, y no puedo aceptar otra respuesta que la de: entendido mi comandante en jefe, de tal manera de garantizar el estado de derecho, es decir, el derecho que tengo yo de hacer lo que me da la gana.
En estas reflexiones cuantas preguntas tengo que hacerme para avanzar históricamente de ese momento al siglo XXI, ¿se habrá cambiado la forma para hacerse del gobierno y de los poderes del estado? ¿Se habrá avanzado en la civilidad de nuestra población en contraposición a la militarización de la sociedad?, ¿Se les habrá dicho en todos los estamentos educativos a los estudiantes que la defensa de la patria se garantiza realizando cada quien el trabajo honesto de su profesión, puesto que todo no deben ser imprescindibles ni necesarios en el trabajo de los militares?, Y así muchos más interrogantes, para llegar a la conclusión, que hoy llegamos a tener un gobernante presidente civil, político, que tiene en sus manos la mejor oportunidad, no de hacer una sexta república, un nuevo libertador, ni nada parecido. Mi República de Venezuela desde 1810 hasta hoy ha sido mi única República y no cinco, haga de ella un país civilizado y mantenga a cada quien en el trabajo de la profesión que escogió en su periodo de estudiante o en el transitar de la vida, permita que el campesino produzca, que el inversionista invierta, que el estudiante se prepare para el trabajo futuro, que el militar se entrene y esté listo si la necesidad lo obliga a ir a la guerra, que los policías sean respetados en su profesión y se les exija dar seguridad ciudadana es decir, es decir “zapatero a su zapato”.
Todos unidos por la producción nacional.