Mi sufrida Venezuela

Venezuela ha sido siempre un país alegre, de alegría contagiosa, amable, llena de ingenio y humor, de personajes nobles y de espíritu creador, amante de la paz y la concordia. Hoy me parece que eso ha cambiado, o por lo menos así lo siento y lo veo. Hoy la gente está pesimista, asustada, quejumbrosa. Muchas veces me he preguntado si es mi edad, que ya me está pegando, o si de verdad las cosas han cambiado. Sin embargo, mi preocupación por el destino de esta Patria la compartentambién muchos jóvenes.Nuestros muchachos están preocupados, han luchado, han salido a la calle,han sufrido agresiones y muchos de ellos me dicen, no se ve salida, qué hacemos, qué va a ocurrir, hasta dónde llegaremos. Se sienten avergonzados de un gobierno y de un presidente impresentables, llenos de complejos ideológicos, de odios, enredados en complicidades de corrupción y de lucha por el poder. Francamente es terrible el panorama que se vislumbra. Todo, absolutamente todo está destruido o en vías de destrucción y el país resistiendo, soportando. Venezuela sufre, sufre mucho en este momento aciago que nos ha correspondido vivir.
Quizás mi visión negativa de estos días parte, en primer lugar, del conocimiento de la grabación que el diputado Ismael García, junto con otros diputados de la unidad democrática, ha presentado al país, muy bueno que la hayan presentado. Esa grabación revela una espantosa podredumbre en las entrañas mismas del gobierno actual. No es nada nuevo lo allí señalado. Debe venir desde la época del difunto presidente Chávez, pero ahora las acusaciones las hace un personaje militante del chavismo, gran amigo de Chávez y nos describe una situación que luce desbocada, sin control y dentro de una lucha interna de poder que socava todas las instituciones de la República. Y el gobierno con el mayor cinismo y desvergüenza actúa comosi no fuera con él. Al contrario, si la Asamblea Nacional decide investigar, designa como presidente de la comisión que investigará lo aparecido en la grabación, a un diputado suyo de los más desprestigiados. La Fiscal General de la República con una gran indiferencia abre una investigación y designa como fiscal, a un abogado que en el pasado fue defensor del personaje centralde la grabación. Duele pensar en la descomposición moral de quienes hoy conducen al país. No es solo su falta de preparación y conocimiento de los problemas, es también el desconocimiento de las normas morales más elementales. Venezuela es hoy tierra arrasada por la inmoralidad, el ejercicio del poder sin sentido de servicio a la Patria y al bien común de los venezolanos. Parecen aves de rapiña encumbrados en el ejercicio de algo tan delicado como es la función de gobernar a una sociedad. Ahí radica mi preocupación y mis dudas sobre el porvenir de Venezuela.
Mientras todo esto ocurre en el ámbito político, vemos por otro lado, una inflación acabando, a toda velocidad, con el poder adquisitivo de los venezolanos, una inseguridad que no ha disminuido en nada, a pesar de la incorporación de la FANB en las labores de combate a la delincuencia. Vemos la gripe H1N1 crecer en el país con su secuela de fallecidos. Vemos una escasez que no termina. Sin aceite, sin arroz, sin verduras, sin leche, sin papel higiénico, sin pasta dental, ahora ni siquiera se encuentra vino para consagrar en la Santa Misa. Y además sin Globovisión. La compraron unos señores más interesados en hacer jugosos negocios que buena televisión y defensa de la Libertad y la Democracia. Claro que hay motivos para la preocupación y el desaliento. Globovisión, por ejemplo, un canal de noticias, ha prohibido, así, pro-hi-bi-do, sacar al aire en vivo, intervenciones de Henrique CaprilesRadonsky, como si fuera un delincuente. Capriles es hoy por hoy, según las cifras oficiales del CNE, el líder indiscutible de por lo menos la mitad de los venezolanos, yo creo que de muchísimo más, luego cualquier intervención de Capriles le interesa a los millones de venezolanos que lo respaldamos y a los que se le han sumado después del 14 de abril. Pero en la nueva Globovisión, “…más pudo el interés que le tenía.”
Las universidades continúan sin ser oídas, pero luchando, bravías, lo que molesta mucho al gobierno, porque él las quiere sumisas, calladitas, a su servicio, no al servicio del bien común. Concluyo recomendando sacudir el desaliento, yo me lo estoy sacudiendo, así combato la tristeza cuando me quiere dominar. Sacudiéndomela. Continuemos luchando, denunciando, marchando, organizándonos, cumpliendo con nuestro deber, saliendo a acompañar al que se arriesga como Capriles. Venezuela, país de gente joven, recuperará su democracia y su libertad. Este es un país de gente noble y gallarda que siempre se ha crecido hasta en los momento más difíciles.