Una larguísima fila de padres y representantes anunció a la entrada del auditorio del complejo Arena Plaza que sería un concierto fuera de serie, extraordinario, memorable.
Este preludio y una inquietante expectativa engalanó el debut de la orquesta Regional Centro Norte, de apenas cinco meses de vida y compuesta por los núcleos Barquisimeto, Santa Rosa, Cují-Tamaca y Duaca.
El proyecto que el maestro José Antonio Abreu confió a José Jesús Olivetti a finales del año pasado con el propósito de fortalecer los núcleos del estado Lara, dio sus frutos ayer, ante numerosas miradas rebozadas de júbilo y con motivo del 37º aniversario del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de la región. ¡En hora buena!
El recinto se hizo pequeño ante tanto talento y tanto nivel, exactamente 284 ejecutantes de la orquesta Regional Centro Norte y 124 de la orquesta Sinfónica Juvenil de Lara, se encontraron en un mismo escenario ante el ímpetu contagiante de Olivetti, quien se apropió del podio con evidente sencillez.
Sin más preámbulo, comenzó a escucharse la Danza Bacanal de Camile Saint-Saenz. Fastuosa, atractiva por las notas estrepitosas de los platillos. Cada instrumento fue protagonista.
Olivetti condujo cada nota al máximo de su expresión. Alargados y vibrantes movimientos descubrieron la franca empatía entre el director y los noveles músicos, quienes se entregaron a la danza, “extracto de la ópera Sansón y Dalila, la cual narra musicalmente hablando, la fiesta que celebraron los filisteos al capturar a Sansón después de que la traidora Dalila le quita la fuerza que llevaba en su larga cabellera”.
Al concluir, los aplausos no se hicieron esperar.
Inmediatamente, la gloriosa Obertura 1812 de Tschaikovsky irrumpió con su colorido musical. Sublime al principio, excelsa a la mitad y triunfante al final.
“Es una obertura romántica, fue escrita para conmemorar la victoriosa resistencia rusa en 1812 frente al avance de la Grande Armée de Napoleón Bonaparte. Fue estrenada en Moscú el 20 de agosto de 1882. Es reconocida por su final triunfal, que incluye una salva de disparos de cañón y repique de campanas”, según programa de mano.
El sonar de las campanas, los cañones y la cohesión de instrumentos detuvo por instantes el tiempo, paralizó a la audiencia que parecía elevarse ante la cercanía del apremiante final.
El público de pie regaló prolongados aplausos, los cuales se confundieron con el sorprendente aguacero que caía. A alguien se le escuchó decir que la lluvia iba al compás de la orquesta. Que se trataba de bendiciones.
Radiante
Al debut de la orquesta Regional Centro Norte le sucedió el concierto de la Sinfónica Juvenil de Lara, también a cargo de Olivetti.
Una vez más, el joven barquisimetano conquistó el escenario para demostrar su habilidad como director, oficio que cultiva desde el año 2008 y que se ha hecho prominente a partir de 2010 con sus estudios en Bulgaria, además de las consecuentes giras por Europa, donde ha dirigido importantísimas orquestas, entre ellas la Lithuanian State Symphony Orquesta y la Geresao de Lisboa.
Tras los primeros 25 minutos de concierto, la segunda parte del programa se llevó a cabo con Caballería Ligera de Franz von Suppé, obra que abrió el recital de la experimentada Sinfónica Juvenil, agrupación que se mostró impecable, profesional y estilizada en la interpretación de la pieza.
Se conoció que es una opereta en tres actos compuesta por Franz von Suppé, con libreto de Karl Costa. Fue representada por primera vez el 21 de marzo de 1866 en el Carltheater de Viena.
“La ópera está ambientada en el siglo XVIII en medio de las intrigas de la corte del barón von Bredereck y su amante la condesa Ilonka Csikos, cuya compañía de ballet es denominada como caballería ligera”. Aunque la opereta permanece en un relativa oscuridad, la obertura de la Caballería Ligera es una de las obras más conocidas del compositor austrohúngaro.
La sinfonía Nº 12, El año 1917 de Shostakóvich, cerró el espectáculo sinfónico. Cuatro movimientos caracterizan a esta obra.
El primero utiliza citas de una canción revolucionaria con las palabras “la culpa es tuya tirano” y la canción polaca La marcha de Varsovia.
Con el segundo movimiento el autor conmemora el “marzo fúnebre”, donde murieron víctimas de las revolución. Aurora se titula el tercer movimiento, nombre del buque de guerra que atacó el Palacio de Invierno. El amanecer de la humanidad, representa en el último movimiento la vida soviética después del régimen Zarista, inicio del gobierno de Lenin. La marcha fúnebre se transforma en un tema de júbilo hacia el final, antes de la celebración.
Finalmente, un gran aplauso que colmó todo el auditorio, cerró este 37 cumpleaños del Sistema local.
