La historia de un barbero que lucha por mantenerse sano, tras salir del retén de La Planta, donde se enamora de la esposa del líder de una banda, una cinta rodada en Venezuela por un verdadero barbero de Petare, por gente del barrio, ahora mismo capta la atención del público venezolano, que sin importar la edad, apuesta por la variada gama de producciones criollas y se reencuentra con esta temática social, la delincuencia y las ganas de echar para adelante… con ese llamado que da muestra de un gentilicio humilde y sencillo.
Se trata de Azotes de barrio, producción cinematográfica de amor y venganza, dirigida por Carlos Malavé y el también actor Jackson Gutiérrez, quien sin conocimiento alguno del séptimo arte tomó en 2005 una cámara de video y se dejó seducir por la cinematografía.
Un hombre que luego de 17 películas, todas presentadas en televisión, por primera vez estrena uno de sus trabajos en la gran pantalla, un largometraje de 93 minutos en el que reúne actores profesionales y gente del barrio, la continuación de su primer trabajo titulado Azotes de barrio de Petare.
Junto a Alexander Da Silva, quien desempaña el rol protagónico al lado de Mariana Francisco, Ernesto Ceballos, Robert García, Jessika Grau, Alexander Nigga Sibilino, Budú y Carlos Julio Molina, da vida a esta historia de múltiples aristas y de un desarrollo impredecible.
Un retalo hecho desde el barrio con esa gracia criolla y realismo característicos, guión de gran fuerza que también lleva la firma de Alejandro Hidalgo, mancuerna que pasea al espectador por una historia casi indescifrable.
Azotes de barrio es una producción independiente que si bien trata la realidad del barrio, transmite un mensaje positivo. “Dentro del barrio existen jóvenes que se enamoran, con metas por cumplir”.
Durante su visita a Barquisimeto junto al elenco, en lo que ellos llaman gira de salas, Gutiérrez apuntó que en sólo tres semanas y con 18 copias distribuidas, la película que cuenta con el apoyo del Cenac, ha registrado en taquilla más de 58 mil espectadores.
Para conocer de la producción puede seguirlos en Twitter @azotesdebarrio1, @jgutierresdir, @alexda_silva, @esplinteraka y @ernestoceballos.
Breve la historia
Da Silva caracteriza a Donay, quien cae preso a los 16 años de edad por una venganza.
A pocas semanas de salir de la cárcel conoce a Alicia, interpretada por Mariana Francisco, quien estaba de visita por la antigua Planta. Allí se enamoran y al salir este de la prisión, se entera de que ella es la esposa de uno de los delincuentes más temidos del barrio, un azote interpretado por Gutiérrez, quien a su vez mantiene riñas con “Piraña”, que es “El Nigga”.
Salir a la calle será para Donay, luchar contra los azotes de barrio.
Ratón de laboratorio
Gutiérrez, de profesión barbero, inició en la cinematografía por mera curiosidad. Ocho años atrás adquirió una cámara de video y planificó con sus amigos grabar una historia.
“Hicimos esa película para nosotros mismos y sin ningún conocimiento. Cuando estuvo lista repartimos el DVD entre nosotros mismos”. Pero fue de interés para buhoneros.
Un trabajo al cual él llama su “ratón de laboratorio”, experimento que le permitió ser conocido, ingresar al cine venezolano y ahora llevar una de sus películas al cine.
Género venezolano
A aquellas personas que comentan y hasta critican la temática del barrio, Ceballos respondió que este es uno de los tantos géneros venezolanos.
“Allí hay gente maravillosa, servicial e involucrada con el trabajo. Nos prestaban sus casas y jamás faltó el café”.
Gutiérrez, señaló que el trabajo sigue en el barrio. Como petareño imparten cineforos a jóvenes del barrio. Esto como parte del colectivo Miranda es otro beta.
