Para compartir con sus seres más queridos y el público en general el producto de su encuentro consigo mismo, con la palabra, el próximo miércoles, 29 de mayo, a las 6:00 de la tarde, el escritor y psiquiatra Edgar Benítez, bautizará en la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona, su poemario La huella infinita, recopilación de 62 poemas con un predominio de la poesía corta que intenta ser densa, un equilibrio entre lo lírico y conceptual, que se convierte en atractivo, sin dejar de lado su afán de comunicar.
Según cuenta el mismo autor, es su manera de “celebrar la presencia de la huella de lo sagrado en todo aquellos que lo rodea… desde una pequeña piedra, un pájaro, los árboles, el amor y el desamor”. Para Benítez, no existe tema en el mundo en el que esa huella no esté presente.
Explica que su anhelo con este poemario es propiciar el “encuentro nupcial” entre la palabra y el silencio, sensación que los lectores experimentarán durante su andar por estas páginas, mientras “degustan” la colección de poemas inspirada en el trabajo de autores como Rafael Cadena.
La presentación del poemario será una sesión, descrita por Benítez como “degustación de la lectura”, un bautizo en el que el artista hablará sobre la experiencia de haber desarrollado este trabajo, cuyos dos primeros poemas escribió en 2001.
Esta es la primera ocasión en la cual el escritor comparte su trabajo con el público.
El bautizo contará con la presentación de Magaly de Pantoja, de Aula Abierta al Ciudadano, y la intervención de la novelista y docente, Mariela Garmendia, quien hablará sobre ese deguste de la lectura del cual tanto se hace mención al dar antesala de La huella infinita.
Será una sesión en la que el escritor conversará con los presentes y los hará sentir esa resonancia que la poesía deja en la mente de las personas y genera la reconstrucción de la misma como un efecto final.
“Es provocar esa reconstrucción del lector, que a su vez es un poeta que recrea y reconstruye el acto poético, lo disfruta y degusta con las papilas del alma, lo hace propio”, comenta el autor que de esta manera extiende la invitación al público en general para que disfruten de una dinámica sesión que también llama “experiencia de enamoramiento con la poesía”.
Es de mencionar que la actividad contará con la participación del guitarrista y compositor, Fernando Fréitez, que con la melodía de su instrumento acompañará musicalmente la lectura de algunos de los poemas extraídos de La huella infinita.
El poemario está dedicado al escritor boliviano, también fotógrafo, pintor y titiritero, Luis Luksic, cuya obra conoció a los 17 años de edad e incentivó en él la magia de la poesía. También al profesor Mauro Serrano, quien fue su guía y amigo durante sus estudios en la escuela de medicina José María Vargas, donde se especializó como psiquiatra.
La casa del hombre
Para este autor, que confesó escribir poesía desde su juventud, el ser humano debe apreciar la palabra como la casa del hombre, de su espíritu y su esencia.
Sólo así podrá hacerla más real y auténtica, un constante flujo comunicativo con resonancia en el alma y el corazón.
Para Benítez una cálida y entrañable experiencia reflejada en sus poemas, con los cuales dice no aspiró hacer literatura, sino llegar hasta la esencia más pura del lector, misma que redunda en su humanidad, que expresa la poesía del espíritu.
Ha sido a través de la poesía como este hombre ha hallado un refugio para su alma, “el hogar de mi espíritu”.
Su reciente motivación por abordar la práctica, quizás con mayor compromiso, se debe a haber reconocido la importancia que tiene esta para él, como ser humano.
“Han sido años de un encuentro profundo conmigo mismo, de una aceptación más intensa de lo que soy, de lo que hay dentro de mí. Ahora mismo creo que no podría existir de otra manera en este mundo, sino como es en este instante”, confesó.