Esta semana el presidente Maduro comenzó una campaña comunicacional llamada Gobierno de Calle para “detectar directamente las necesidades del pueblo y darles solución inmediata”. Resulta sorprendente que Maduro, a pocas semanas de haberse juramentado y todavía con el recuerdo fresco de la muerte del comandante supremo, ahora haya decidido que su mejor carta es desafiar al propio Chávez.
Razón tenía el comandante cuando, citando a Fidel Castro, dijo hace casi un año que él no podía ser el alcalde de Venezuela. En aquel momento, en entrevista exclusiva para la televisora TV Oriente, Chávez expresó que el mantenimiento de calles, servicio eléctrico y otros servicios básicos cercanos a la gente, “se deben asumir en corresponsabilidad”.
El razonamiento detrás de la argumentación de Chávez fue muy sencilla: un presidente tiene como responsabilidad resolver los problemas macros del país, no los problemas micros. Para esos problemas están los alcaldes y los gobernadores.
La bienvenida que le dio Venezuela a Maduro como presidente no fue nada agradable. Sin contar que “ganó” las elecciones por apenas un punto porcentual, tenemos que: el desabastecimiento promedio de los últimos 4 meses ha sido de 20%, las divisas siguen brillando por su ausencia, el escándalo del audio de Mario Silva revolvió las bases del PSUV y la inseguridad sigue reinando en las calles. Estas 4 cosas por sólo nombrar algunas son suficientes para que un presidente se dedique en pleno a buscar soluciones y así lograr que el país salga adelante.
Pero resulta que Maduro tiene otro plan en la cabeza. Él ha preferido visitar los municipios del país, tal como si estuviéramos en campaña, para hablar del Mercado Bicentenario, de nuevos planes de seguridad local, de ventas de alimentos, de la derecha fascista, para discutir con personas como sucedió en Barinas, en fin, para seguir con el show.
Con esta medida mediática el gobierno de Maduro queda expuesto totalmente por una razón: Ineficiencia. Centralizando los problemas del país es probablemente la manera más fácil para no solucionar ninguno. Humanamente una persona no puede resolver los problemas que tienen los 335 municipios de Venezuela.
Maduro se intenta vender como el alcalde de Venezuela cuando en realidad lo que necesitamos es un presidente. Necesitamos un presidente para gerenciar el país y pensar en grande. Venezuela no es una hacienda y personificar a un capataz no va resolver la crisis por la cual atravesamos.
Fidel y Chávez le dieron el consejo de la vida a Maduro pero este parece que ni a ellos los escucha…
@TomasHHR