La aparición de placas de aterosclerosis comienza desde la etapa fetal, si la madre -durante la concepción y la vida intrauterina- no lleva un estilo de vida saludable. El estudio Corazón de Bogalusa desarrollado en Luisiana, Estados Unidos, encontró placas de grasa y calcio en las arterias de jóvenes menores de 15 años fallecidos por causas no cardíacas. Otra investigación halló la misma condición, pero en bebés recién nacidos de madres con triglicéridos y colesterol elevados durante el embarazo.
Las condiciones predisponentes, como hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos elevados, diabetes, tabaquismo, obesidad y sedentarismo, deben controlarse o eliminarse -antes, durante y después del embarazo- para prevenir la aterosclerosis y, por ende, el evento cardíaco tanto en la madre como en el niño.
“La mujer que desea salir embarazada debe adoptar un estilo de vida saludable, lo que en medicina llamamos prevención primordial y, de esa forma, asegura calidad de vida no sólo para ella, sino también para el bebé que va a concebir”, explica la médico internista y cardióloga Norka Antepara Amador, de la Sociedad Venezolana de Cardiología.
¿Cómo hacerlo?
La futura madre deberá asumir hábitos de vida saludable, que contemplan, entre otros aspectos, el control de los niveles de colesterol y triglicéridos, tener una alimentación baja en sodio y grasa y con un alto contenido de frutas y vegetales.
Además, la dieta debe ser balanceada, es decir, que incluya granos, proteínas, carbohidratos y grasas no saturadas. Es recomendable que la paciente no sufra de sobrepeso ni obesidad, lo que garantiza que el aumento de peso esperado durante el embarazo no sea desmesurado.
Si el tabaquismo está presente, debe ser erradicado de forma definitiva.
“Madres fumadoras suelen tener bebés con bajo peso al nacer, lo cual constituye un factor determinante para sufrir obesidad en el futuro”, asegura el doctor Ponte. Además, la adicción de la progenitora al cigarrillo predispone el riesgo de arritmias y muerte súbita en el recién nacido.
De igual forma, la doctora Antepara manifiesta que es de suma importancia la actividad física que, de acuerdo a la Guía Europea para la Prevención de la Enfermedad Cardiovascular, debe ser de 150 minutos semanales, lo que se podría traducir en un promedio de 30 minutos diarios, cinco veces a la semana.
También, se recomienda controlar el estrés, ya sea laboral, familiar o ambiental.
Por último, la elección de la lactancia materna como alimento exclusivo del bebé por los menos durante seis meses, garantiza no solo el mejor balance de nutrientes para su sistema nervioso e inmune, sino que constituye la manera más efectiva de prevenir el desarrollo de la enfermedad cardiovascular en el futuro.