El problema de la construcción en Venezuela es que la política del gobierno nacional se cerró ante el sector privado.
Francisco Mendoza, presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción en Lara, comentó que el constructor no tiene acceso a dólares para comprar los materiales y menos para la adquisición de los accesorios de las maquinarias y herramientas.
Agregó que la escasez de los materiales de construcción que persiste desde hace más de 6 años es otro limitante. “El panorama es muy difícil para el constructor en Venezuela, porque ni siquiera hay los mecanismo para adquirir la materia prima”.
Mendoza recordó que la política del gobierno ha sido contratar a empresas extranjeras para que desarrollen los conjuntos residenciales público y no se le da oportunidad al contratista nacional.
“Esa realidad ha ido reprimiendo al gremio a nivel nacional, nosotros en la cámara hemos solicitado al gobierno nos tomen en cuenta para la construcción de las casas de la Misión Vivienda, pero no ha habido respuesta. “Por qué el constructor venezolano no puede desarrollar esas construcciones, ahí tenemos las obras de Yucatán donde está una empresa Iraní con contrata venezolanas y eso genera un sobreprecio en la obra”.
Citó que otro de los dolores de cabeza son las invasiones de terrenos y la respuesta tardía para obtener financiamientos de las obras por parte del banco
“Ahora hay un terreno con unos usos de suelos definidos, pero si los grupos colectivos los toman, el gobierno los afecta para construir viviendas y el constructor que muchas veces ya tiene un proyecto desarrollado pierde la inversión. Eso está ocurriendo en Triángulo del Este, en La Rotaria y en el centro de Barquisimeto”.
La otra tranca que tienen es lo lento que en la actualidad se hacen los trámites para el desarrollo de cualquier proyecto de construcción. “Para que un banco te otorgue el financiamiento de una obra debes esperar como mínimo un año y medio, luego debes esperar otro año y medio más para poder empezar, porque debes adecuar los servicios públicos según el uso que quieras darle a los suelos, ya sea entretenimiento, hotelero o financiero.
Un año sin contratos
Agregó que el sector construcción lleva un año sin discutir contrato colectivo. “El nuevo contrato debió discutirse en noviembre de 2011, pero el gobierno no se sentó a negociar con los sindicatos y la Cámara de la Construcción, que son los dos actores que deben discutir esas mejoras salariales y beneficios”.
El otro conflicto que tienen es la reducción de la jornada laboral que, según Mendoza, también ha generado un efecto negativo. “Se trata de un aumento indirecto del 10% porque ahora en vez de trabajar 48 horas a la semana laboran 40, pero siguen teniendo los mismos ingresos. Eso afecta aún más al sector”.
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