Pasaron 45 años para que surgiese un ganador de la Triple Corona en las Grandes Ligas. Ahora, es muy posible que no se tenga que esperar tanto.
Un año después de liderar las estadísticas de promedio al bate, jonrones y carreras impulsadas en la Liga Americana, Miguel Cabrera ha vuelto a sus andanzas y un extraordinario mes de mayo ha disparado la expectativa de que el toletero venezolano de los Tigres de Detroit pueda convertirse en el primer hombre en la historia que repite la hazaña de completar la Triple Corona en temporadas consecutivas.
«Miggy siempre se las arregla para asombrarte», dijo el mánager Jim Leyland luego que Cabrera lograse el domingo pasado el segundo juego de su carrera con tres jonrones.
Son 16 los jugadores que han logrado la Triple Corona, con Ted Williams (1942 y 1947) y Rogers Hornsby (1922 y 1925) como los únicos que pudieron hacerlo en más de una ocasión.
Ninguno de los 16 pudo repetir al frente de por lo menos dos de los rubros en la temporada posterior.
En estos momentos, Cabrera lidera en porcentaje de bateo con .387 y marca el paso en empujadas con 52. Le saca unos amplísimos 35 puntos de ventaja a Alex Gordon (Reales), su perseguidor inmediato en la carrera por el título de bateo. Supera por nueve a Chris Davis (Orioles) en la tabla de impulsadas.
Precisamente Davis es quien impide que Cabrera esté arribe en las tres, al encabezar la cuenta de jonrones al sumar 14 contra los 13 del venezolano.
El ritmo de la producción de Cabrera tras los primeros 44 juegos de la campaña está por encima al que tenía a la misma altura de su soberbio 2012, puesto que bateaba para .305, con ocho jonrones y 35 remolcadas en ese lapso.
Todo esto prematuro, ya que quedan cuatro meses y tanto de temporada regular. Las rachas, tanto buenas como malas, van y vienen. Una lesión puede entorpecerlo todo.
Pero la impresión generalizada es que el señor Cabrera está tocado con una varita mágica, y que esencialmente todo le sale cuando se cuadra en el plato.
Cuando uno cree que es imposible que pueda rendir aún mejor, pues Cabrera va y lo hace como si fuese la tarea más simple. Recuerden que sólo una vez en los últimos ochos años ha terminado por debajo de .320 y sólo en una ocasión en los últimos nueve se ha quedado por debajo de los 30 jonrones.
Cabrera puede sacar cuadrangulares ante pitcheos fuera de la zona de strike, sin importar que estén bajitos y afuera, como le ocurrió a Corey Kluber, el pitcher de los Indios de Cleveland que el martes fue la víctima del jonrón número 12 de la campaña.
¿Y qué tal el número 13, su quinto en tres juegos? Toda una carambola. Fue un batazo a la zona de advertencia del jardín derecho-central que el jardinero de los Indios Michael Bourn tenía medido para atrapar, pero la pelota rebotó en su guante y quedó en las gradas.
«Un jonrón con suerte. Quedé sorprendido. Eso es algo que nunca me había pasado», dijo Cabrera, quien batea para .466 (14 hits en 30 turnos) dentro de su actual racha de ocho juegos seguidos conectando imparables.
No hay manera de frenar a Cabrera, quien esta campaña exhibe un promedio de .517 (30 hits, incluyendo siete jonrones, en 58 turnos) cuando encuentra corredores en posición de anotar. Lidera las mayores en tal coyuntura desde 2011, con promedio de .393 (149 en 379).
El único antídoto, si es que se le puede llamar así, es regalarle la base. Pero los pilotos rivales saben que Prince Fielder, Víctor Martínez y Jhonny Peralta _los que siguen a Cabrera en el orden ofensivo_ pueden hacer el daño.
«Te puedo garantizar que si les esquivas todo el día, ellos van a anotar de todas maneras», señaló Terry Francona, el mánager de los Indios. «Sin outs, es como si estuvieses tentándoles. Si le das la bases por bolas y tienes primera y segunda sin outs, pones a tu pitcher contra la pared».
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