El presidente Evo Morales concentró el jueves a miles de sus seguidores en las calles de La Paz en una demostración de fuerza a la Central Obrera Boliviana que hasta la semana pasada lideró masivas protestas por un aumento en las jubilaciones.
Cocaleros, sindicatos agrarios, mineros independientes, juntas vecinales y funcionarios públicos abarrotaron la mayor plaza de La Paz para manifestar su apoyo «al proceso de cambio» que lidera el mandatario izquierdista desde que asumió el gobierno en 2006.
Aunque oficialmente no anunció su postulación a las elecciones que tendrán lugar a finales de 2014, Morales aumentó sus presentaciones públicas en todo el país. El lunes sancionó una ley aprobada por el Legislativo de mayoría oficialista que le permite ir a una segunda reelección después de que el Tribunal Constitucional avalara la postulación.
La oposición política cuestionó el fallo argumentando que la constitución vigente desde 2009 sólo permite una reelección continua que ya se habría dado en las elecciones de ese año cuando Morales fue reelecto con 64% de los votos.
Las protestas de la central obrera que duraron dos semanas con manifestaciones callejeras y cortes de ruta en varias ciudades del país han supuesto un reto a la fortaleza política de Morales, que el jueves dio muestra de su vigor para enfrentar la próxima campaña electoral.
Morales comenzó su discurso con un minuto de silencio en honor del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. «Esta es una concentración para defender la patria y el proceso de cambio y si no hay unidad y conciencia en el pueblo no se podrá consolidar y proyectar este cambio», dijo.
El senador opositor German Antelo denunció que funcionarios de los ministerios fueron obligados a asistir a la concentración y que el gobierno financió el transporte y estadía de las delegaciones del interior.
Por el momento Morales no tiene un rival político de peso. Una mayoría de líderes opositores políticos salió del país o tiene procesos impulsados desde el gobierno. Su mayor reto pasa por recuperar el apoyo de sectores urbanos y clase media desencantados. Indígenas del occidente, cocaleros y sindicatos agrarios son su base de apoyo.
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