Dictamen La despedida de Mario Silva

Después de la supuesta elección de Maduro como Presidente, nadie hubiera podido imaginar que Mario Silva iba a salir del aire antes que, por ejemplo, el Ciudadano Leopoldo Castillo. Pero así es la vida, y mucho más la política. Una oportuna afección en la vesícula fue la coartada escogida para cumplir con la orden dada por “los vampiros de VTV” de eliminar La Hojilla de su programación. No podía ser de otra manera. El “hacedme famoso” escrito en su biografía de twitter se terminó convirtiendo en realidad de la manera más insospechada. Una grabación con confesiones escandalosas que pasó misteriosamente de las manos de la inteligencia cubana a la oposición venezolana, lo hizo famoso, y de qué manera. Lamentablemente para él, la cúspide de su popularidad vino acompañada también con su salida del aire, al caer en desgracia con el nuevo gobierno “revolucionario”.
Fue así como el lunes en la noche el país presenció la despedida de Mario Silva de VTV, la cual fue saboteada por el propio Maduro con pases a Miraflores para mandar una señal inequívoca de quién manda en el “chavismo”. Ya con la primera media hora robada por el departamento de prensa del canal, Silva no pudo estar a la altura del mayor nivel de audiencia en su historia, y decepcionó con un comunicado grabado que no pasó de ser una mala excusa. Era obvio que había pasado todo el día tratando de hacer pública su declaración oficial sin lograr que los medios del Estado lo cubrieran. Los vampiros son rencorosos. Tuvo que esperar hasta bien tarde para que pudiera dar su versión en su propio programa y por última vez. Pero esa respuesta trasnochada no encontró eco en ninguno de los aludidos en la grabación, los cuales validan con su silencio la veracidad de su contenido. Ni Maduro, ni Cilia, ni Diosdado, ni José Vicente, ni nadie del Gobierno o el PSUV se ha solidarizado con Mario Silva repitiendo su versión del montaje. Eso, acompañado con su salida del aire, lo aclara todo.
Lo único interesante del último programa de Silva fue su “infidencia” sobre una escapadita que se dio con Carlos Escarrá en las playas de Cuba. Casi sale del closet para tapar el tema de la grabación. De resto aburrió con el cuento de la conspiración sionista y la creencia de que desestabilizó el Estado de Israel por haber logrado posicionar en twitter una que otra etiqueta. Pero quizá lo revelador del programa no fue lo que dijo, sino lo que calló. Mario Silva en ningún momento reivindicó a Diosdado Cabello ni se pronunció sobre su supuesta opinión en relación al presidente de la Asamblea Nacional. Se limitó a jurarle lealtad al “legado de Chávez”, aclarando que no le debe disculpas a nadie. No hay que ser muy inteligente para entender que si bien cuidó las formas para poder negociar una rendición digna y con privilegios, en el fondo quiso mantener su posición sobre la amenaza que significa Diosdado. Y este, señores, es el tema de fondo, no porque lo haya dicho Mario Silva, sino porque así lo piensa medio PSUV.
Aclaremos de una vez que no hay contradicción en cuanto a la credibilidad que en la oposición le damos al hojillero. Nosotros no creemos nada de lo que diga Mario Silva públicamente, pero esta vez se trató de una conversación privada y secreta altamente reveladora. Son dos cosas muy distintas. Pero el problema no es lo que creemos en la MUD, sino lo que piensa en este momento la militancia del PSUV. La grabación de Silva dejó claro varias cosas que hemos venido denunciando, a saber: 1) La injerencia cubana y su control político sobre Venezuela, 2) Los niveles grotescos de corrupción por parte mafiosos rojos con poder, y 3) La división en el PSUV y la guerra a cuchillo de los “enchufados”. ¿Y quién duda ya de estas tres premisas?
Pero Mario Silva es sólo el daño colateral de esta historia, el problema central y verdadero protagonista es Diosdado Cabello, quien fue en la noche del lunes a besarle la mano al Rey y terminó declarando sólo a las puertas del Palacio. Aunque posen juntos para la foto ya nada será igual y la novela apenas comienza. Bien sea que se trate de una purga a la cubana o de traiciones internas, ningún enchufado podrá dormir tranquilo. La verdad retumba y la podredumbre del Gobierno en medio de una crisis económica sin precedentes, ya no se aguanta. Cuestión de tiempo.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.