El presidente Rafael iniciará el viernes un nuevo mandato de cuatro años bajo condiciones políticas ideales: altísima popularidad, una aplastante mayoría en la Asamblea con una oposición atomizada y debilitada y una economía estable.
Nadie espera que tenga mayores contratiempos políticos para avanzar en lo que ha denominado Revolución Ciudadana, que comulga con principios del «Socialismo del siglo 21», al igual que su fallecido amigo y presidente venezolano Hugo Chávez.
En las elecciones del 17 de febrero Correa logró el 57,17% de la votación, casi el triple que el banquero Guillermo Lasso, quien se acreditó un 22,68% de los sufragios. Será el segundo mandato consecutivo de Correa, quien llegó a la presidencia en el 2007, dos años más tarde reformó la Constitución y fue ratificado en el cargo por un periodo de cuatro años que se cumple el viernes.
Una amplia inversión pública en sectores sociales, la construcción de obras de infraestructura en todo el país, un eficiente trabajo administrativo y la entrega de bonos a los más pobres le valieron para granjearse el apoyo popular.
Aparte de ello, el partido de Correa, Alianza País, obtuvo 100 de los 137 curules de la Asamblea.
A este escenario se suman los altos precios del petróleo, principal producto de exportación del país que se cotiza en aproximadamente 100 dólares por barril, el inicio de la minería metálica a gran escala y el aumento de la recaudación de impuestos, como indicadores de un estable robustecimiento económico.
¿Oposición? En la cancha política está debilitada y desarticulada; en la parte social y sindical, también.
La mayoría legislativa oficialista comunicó que en el corto plazo aprobaría una ley que preocupa a los medios de comunicación y periodistas, a los cuales Correa fustiga frecuentemente acusándolos de cumplir roles de oposición al gobierno.
El presidente de la Unión Nacional de Periodistas, Vicente Ordóñez, comentó a la AP que «es una ley que pretende cerrar espacios para lograr una prensa mansa « e incluye un consejo de regulación al trabajo periodístico, fijar códigos deontológicos por ley, la posibilidad de que cualquier persona pueda enjuiciar a los periodistas aduciendo daños de cualquier tipo y una nueva repartición de frecuencias de radio y televisión.
Previo al último triunfo electoral, el gobierno de Correa, en el poder desde enero del 2007, llevó ante los tribunales a periodistas, medios de comunicación, indígenas, estudiantes y dirigentes sociales, a quienes acusó respectivamente de difamación, sabotaje y terrorismo.
El catedrático y analista de la universidad Andina, Pablo Ospina, en declaraciones a la AP, comentó que Correa «tiene condiciones soñadas para cualquier político».
«Lo que podemos esperar es la profundización de la propuesta que se ha visto hasta ahora, un proyecto con un fuerte componente nacionalista que reivindica la soberanía, a las inversiones nacionales, desarrollista en el sentido de que el estado es el motor de desarrollo y además es estatista, en el sentido de fortalecer el estado sobre lo privado», dijo.
El modelo de Correa ha generado estabilidad política en este país donde entre 1997 y 2005, se produjeron tres golpes de estado y pasaron por el palacio de gobierno al menos siete presidentes.
La única amenaza en el horizonte es que los precios del petróleo tiendan a bajar, porque representaría la caída de los ingresos fiscales.
El ex secretario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), René Ortiz-Durán, advirtió a la AP que los precios del crudo se han mantenido planos o a la baja desde el 2011, lo cual atribuyó a dos factores: «la incursión fuerte de Estados Unidos de lo que se llama petróleo y gas de pizarra, y además por la grave situación de las principales economías del mundo: la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Reino Unido. Si estas cuatro están estancadas, no consumen y no demandan petróleo».
El petróleo es el principal producto de exportación de este país, que en el 2012 logró ventas por 16.043 millones de dólares.
El analista y profesor de la Universidad Católica, Pablo Dávalos, comentó a la AP que «el modelo político, institucional y económico del presidente Correa depende de los precios de las materias primas, en el supuesto de que el precio del petróleo cayese no habría la posibilidad de sostener la dolarización y sin la dolarización el proyecto político no tiene ninguna posibilidad de supervivencia».
Dávalos considera que en los próximos cuatro años el gobierno «va a apostar por el extractivismo. El extractivismo petrolero mediante la ampliación de la frontera petrolera en el sur de la amazonia y en la costa y el extractivismo minero, la minería metálica a cielo abierto», como fuentes de financiamiento de su proyecto político.
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