Para recordar: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2)
Tal vez, alguno se pregunta: ¿Qué relación tiene el control de precios, que se ha establecido en nuestro país, la salud y la alimentación? La respuesta no es tan sencilla, porque solo encontramos trabajos que se relacionan con el tema.
El control de precio, generalmente, hace escasear ciertos productos y allí opinamos que pudiera generar sub alimentación o consumir lo que existe, así sea de mala o baja calidad.
La regulación de precios ¿es para proteger el bolsillo del pueblo? Eso hace desaparecer a numerosos productores, productos y también obliga tener importar. (Tenemos entendido que esta semana el ejecutivo se reunirá con los productores e industriales).
Sin embargo, ¿a quién beneficia la importación? ¿Al comercio extranjero? Y, ¿se controla la calidad, precio, salubridad, necesidades nutricionales y cantidad del producto?
Según el Centro de Documentación y Análisis del Trabajadores (Cenda), “del total de 11 rubros que conforman la canasta, nueve registraron un incremento: grasas y aceites, semilla oleaginosas y leguminosas, leche, quesos, huevos, carnes, frutas y hortalizas, entre otros” EL IMPULSO, 26/04/13, p.A6). ¿Podemos comprar todo lo que necesitamos?
El economista Ángel Alayón dijo: “El peor de los costos de un artículo radica en no encontrar el producto” (Programa: Entre Noticias, conducido por Marianna Gómez, Globovisión, 19/05,13). Ese mismo día, entrevistaron a personas en la calle y hablaron de la escasez, no obstante algunos hicieron una acotación: “Que los buhoneros y en las bodegas tiene el producto y más caros ¿Quién controla eso?” Y ¿Qué podemos decir sobre las medicinas y otros productos que son de alta necesidad? Entre ellos, complementos alimenticios con indicación nutricional (bebidas en polvo, por ejemplo).
A continuación, algunos titulares que nos permite complementar nuestra conclusión (todos tomados de este prestigioso Diario): “Escasez de divisas e inflación impacta en precio de repuestos” (03/04/13); “99% de las empresas sin acceso a la subasta Sicad” (03/04/13); “Canasta alimentaria costó Bs 4.284, 84” (26/04/13); “Asoquim exige revisar precios de productos” (07/05/13); “Kilométrica cola para comprar harina de maíz precocida” (08/07/13), entre otros.
Cuando el apóstol escribe: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2). Se refería a buscar sabiduría de lo alto, para tener salud en las condiciones alimentarias en todos los tiempos, y llama a alimentarnos como Dios manda o como la Biblia dice.
Por su parte, Mariana Anzalone, presenta un estudio, que se titula: “¡Si el día tuviese más de 24 horas! Agrega: “La calidad de vida del venezolano se diluye entre las colas (para comprar alimentos)” (Diario EL IMPULSO, 27/03/13, p.B5). Allí tocó hasta el deterioro mental o de estrés que esto produce.
En el mismo tenor, Karen Torres Bravo, presentó el siguiente trabajo: “Nutrir a los niños para tener adultos sanos” (Ídem, 13/03/13). Donde resalta la necesidad de aprender a comer, comprar, preparar y combinar los alimentos y dice que deberíamos tomar en cuenta: “El azúcar: Daña los dientes; Harinas: ‘Refinadas’ no tiene nutrientes, no son metabolizadas y se pegan a las arterias; Embutidos y enlatados: Contienen nitritos y nitratos, sustancias cancerígenas, y dañan el hígado, estómago e intestinos; Aceites: Sirven para tapar la arterias; Lácteos: son un foco de baterías…”
Entonces: ¿cómo el control de precios afecta la salud y la alimentación? Coloquemos dos ejemplos más: Si el gobierno coloca el precio al aceite de maíz, lo desaparecen, y el consumidor se ve obligado a comprar aceites de baja calidad y esto es dañino para la salud. Si regulan la azúcar morena, nos vemos obligados a consumir: 1) papelón (recomendado) y 2) azúcar blanca muy dañina para salud (desecho, bagazo, químicos).
Como notamos, según el apóstol Juan no solo requerimos de estar sanos físicamente, sino espiritualmente: Es lo que Dios quiere. Pidamos a Dios sabiduría para mantener nuestra salud física y hacer
prosperar nuestra vida espiritual en paralelo.
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