Amenazas de Diosdado y Luisa Estella Morales

De acuerdo con el portal de Wikipedia, la sátira es una figura que uno encuentra en la literatura y en las artes gráficas y escénicas que tiene por propósito el logro de una mejor sociedad y en donde los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía, el sarcasmo y otros métodos.
La sátira política es un subgénero de la sátira que se especializa en entretener a partir de la política, los políticos y los asuntos públicos. Dicho subgénero suele utilizarse con intención subversiva y también como medio para suscitar debates políticos en regímenes sensibles a la crítica -y la disensión- como el que nos gobierna. De hecho, la sátira política es tan particularmente poderosa que está listada como una de las 198 formas de lucha no violenta contra un régimen totalitario en el libro de Gene Sharp titulado De la dictadura a la democracia. Y ocurre que el nuestro es, a todas luces, un régimen totalitario.
Una pieza satírica que describe magistralmente el nuevo y exteriorizado carácter de éste gobierno la encontramos en el portal del Chigüire Bipolar. Se titula «Gobierno amenaza con arrojar ácido en la cara para marcar personas que lo acusan de fascismo (1)» y la transcribo completa aquí para ustedes:
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, amenazó la tarde de hoy a los simpatizantes de la oposición con arrojarles ácido en la cara si vuelven a acusarlo a él o al gobierno encabezado por Nicolás Maduro de fascista.
«No se equivoquen con sus palabras, acá el gobierno no es fascista nada. Fascistas son ustedes; eso es lo que les duele, y si vuelven a decirnos eso, les echaremos ácido a toditos en la cara para que queden marcados de por vida y el pueblo pueda identificarlos y saber quiénes son los traidores, los apátridas, los hijos de Hitler. Es más, vamos a revisarle el celular a cada uno de los empleados públicos y al primer mensajito que veamos donde nos digan fascistas, los montamos encima de un ring mientras escuchan el disco de la hermana de Asier Cazalis. Ajá, ¿ahora sí ven la seriedad del asunto? ¿Quiénes son los degenerados fascistas? ¡Atrévanse a decir lo contrario, car… , para meterles estas agujas de bambú debajo de las uñas! ¡Malditas pocas cosas! ¡Cómo se atreven a no reconocer lo democráticos que somos nosotros!» exclamó un eufórico Diosdado Cabello, mientras usaba a su antojo todos los medios públicos pagados con el patrimonio nacional.
Por su parte, Luisa Estella Morales, presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, aclaró que el ácido en la cara de una persona es totalmente legal siempre y cuando esta «acción desprendida y solidaria de regeneración social» sea propiciada por un funcionario del gobierno. «Es inaceptable que un grupito de personas venga y diga que nosotros, todos los poderes independientes, seamos fascistas. Eso no se va a permitir, esa anarquía no se puede dejar pasar. ¡No! ¡Ni lo digas, ni lo pienses, y mucho menos lo expreses! Por eso notificamos a todos las fuerzas del gobierno que están en total libertad de hacer reflexionar al país, claro, con acciones como ésta, marcadas dentro del amor del pueblo que nos enseñó el comandante supremo y hedonístico, para hacerle entender de una buena vez por todas a los seres despreciables estos que dicen ser nuestros compatriotas que este es un gobierno pacífico y humanista».
Esta sátira sobre la «tensitud» fascista de los personajes de marras y una posible arteriopatía oclusiva correlacionada con el altísimo peso corporal de ambos, es lo que origina el cariñoso apodo con el que son hoy llamados: los que están muy tensos, los hipertensos.