La decisión tomada por Nicolás Maduro de reunirse con el presidente de la Polar y unos 400 empresarios para tratar de resolver el problema del abastecimiento, así como la obligación que le ha impuesto a los beneficiarios de los inmuebles construidos por el gobierno, le traerá problemas internos a Nicolás Maduro, según la apreciación del politólogo Fabián Fawcett, consultado por reporteros de EL IMPULSO.
Considera que la grave situación que se ha venido presentando tras las devaluaciones, las protestas por diferentes motivos, el incremento en el precio de algunos alimentos y el desabastecimiento de productos de consumo masivo, la popularidad del jefe del gobierno ha bajado, en el curso de las últimas cuatro semanas, casi 8 puntos y de manera continua.
En razón de eso, dice, imagino que está tomando unas medidas no populares dentro de su propio partido y las organizaciones que lo apoyaron, pero sí en materia económica, a sabiendas que la situación económica que va a enfrentar en los próximos seis meses será bastante delicada y que si no se toman correctivos, el déficit de liquidez monetaria y la inflación serán muy graves.
Esa decisión de que los beneficiarios de las viviendas tendrán que pagarlas, que es una medida impopular cien por ciento y que ni siquiera el ahora difunto Hugo Chávez con toda su popularidad se atrevió a tomar, tal vez es un mensaje de las características del gobierno que va a presentar en función de hacerle unos cambios estructurales al denominado proceso revolucionario.
Si efectivamente se realiza el pago de las viviendas podría reflotar ese fondo de dinero, que permitiría seguir construyendo más inmuebles, porque el gobierno en estos momentos no tiene suficientes recursos.
La reunión con los empresarios también es sumamente necesaria debido a que el problema del desabastecimiento escapa a políticas unilaterales; es decir, que solamente involucran al Ejecutivo Nacional.
Ha entendido que debe llamar al sector privado porque la mayoría de las empresas del sector público se encuentran quebradas y no es fácil ponerlas en actividad.
Además tiene otros problemas, como el sistema eléctrico y debe involucrar al empresariado, para poder tener unos resultados.
Todo Gobierno es evaluado en los primeros cien días y, por lo tanto, tiene que mostrar resultados ya que para entonces le tocará la primera medición electoral, como son las de alcaldes.
Será la primera interrogante que tendrá el Gobierno en función de saber cómo está su popularidad.
Fawcett estima que la radicalización no le iba a dar popularidad a Maduro.
