Los católicos barquisimetanos aprovecharon la celebración de Pentecostés para asistir a los templos y pedir a Dios por una Venezuela donde reina la paz y la justicia.
Las plazas de la ciudad sirvieron como lugar de encuentro para realizar manifestaciones de evangelización y de alegría cristiana a objeto de demostrar a la población que la esperanza se encuentra en Dios.
Movimientos eclesiales de la Arquidiócesis se organizaron para hacer destacar el llamado urgente que hiciera en su momento el papa Benedicto XVI a una auténtica renovación de la fe en Dios.
Venezuela -como lo destacan la mayoría de los asistentes- pasa por una prueba bastante dura en todos los niveles. Los valores morales y espirituales ya no son modelos para practicar.
Dijo que la corrupción está destuyendo la vida y el futuro de los ciudadanos. “Hoy vengo a la iglesia a pedirle a Dios y a la Virgen para que el país retome caminos de justicia. Les hago un llamado a los gobernantes a cesar sus luchas mezquinas y partidistas y se dediquen a la búsqueda de una verdadera justicia que sí garantiza la paz nacional.
Reina Hinojosa llegó presurosa a la iglesia la Concepción para una novena al Espíritu Santo y así que su luz ilumine las mentes, tanto de los dirigentes, como de cada uno de los que tienen responsabilidad.
Alba de Piñango, una mujer comprometida en la Iglesia, recordó que día a día aumenta la confrontación entre las personas.
Piñango hizo una retrospectiva en el tiempo y dijo que en años pasados las confrontaciones de cualquier tipo no pasaban de un mero desacuerdo de ideas. Hoy en día las personas se matan por cualquier tontería.
Por su parte, numerosos grupos eclesiales presentes en la ciudad como el Movimiento Catecumenal se reunió en dos céntricas plazas de la ciudad para llamar la atención de la ciudadanía.
La razón fundamental de las concentraciones en la ciudad por parte de los católicos es prestar un apoyo moral y espiritual a la sociedad.
La mayoría de los entrevistados presentes en las iglesias, afirman que la grave transición por la que pasa el país es parecida a la historia del pueblo de Israel.
José Almao, un asiduo feligrés del templo la Concepción y conocedor de la historia sagrada, refirió que en la antigüedad Dios escogió un pueblo para constituirlo propiedad suya y dirigirlo.
Dijo Almao, que ese mismo pueblo en franca desobediencia se alejó de los caminos de Dios y recibió un castigo ejemplar que lo purificaría. “Hoy día la situación se repite. La Iglesia es el Nuevo Pueblo de Dios y cada cristiano está consagrado por su bautismo a alcanzar un estilo de vida digno alejado del mal.”
Amanda Batista dijo que existe una confusión generalizada entre los católicos que niega su participación en el mundo del bien común, llamado política. “Ese es un error que estamos pagando con creces.”
“Hoy más que nunca debemos rescatar las enseñanzas del magisterio de la Iglesia que llama a cada hombre de bien a luchar por un mundo más justo. El deber de la Iglesia es formar a los hombres y mujeres a ejercer una política basada en el respeto, la equidad y la justicia”.