La tenista estadounidense Serena Williams conquistó el domingo el torneo de Roma en tierra batida, su última gran prueba antes de Roland Garros, imponiéndose en la final a la bielorrusa Victoria Azarenka en poco más de una hora y media por 6-1 y 6-3.
La número uno del mundo, que acaba de sellar un doblete en una semana en Madrid y Roma, también dio muestras de su excelente estado de forma a una semana para su debut en el Abierto de Francia.
La menor de las hermanas Williams, ganadora de 15 títulos de grand slam en su palmarés, ya había triunfado en Roma en 2002. En aquel entonces, también ganó posteriormente en París, la única victoria que ha logrado hasta el momento en tierra gala.
Viene de conquistar cuatro títulos consecutivos en cualquier superficie y no ha perdido ningún encuentro desde la final de Doha, en febrero, frente a Victoria Azarenka.
En esta ocasión se ha vengado con una lección magistral frente a la que fuera número uno mundial, muy pronto desbordada por la fuerza de la estadounidense.