Odio y poder como legado

Generalmente lo que heredamos de los padres en primer lugar es el amor, en segundo lugar podría ser bienes materiales, pero en muchos, muchos casos lo que se obtiene como legado único es el combo de amor, principios y educación, sea únicamente la educación del hogar o en su defecto aquella que se obtuvo de las oportunidades para alcanzar una profesión o carrera universitaria.
Cuando se aborda el tema de educación, necesariamente se hace mención a lo que se trasmite de padres a hijos, es decir la primera educación, la del hogar y luego la que se obtiene en los primeros niveles escolares. En cambio la profesión hace referencia a la destreza y/o capacidad para ejercer una actividad, por ejemplo un futbolista profesional, un carpintero profesional, un profesional de la docencia, entre otros. Y un académico es aquel que ha logrado un titulo en una universidad, academia, es decir un egresado de un centro oficial de enseñanza que obtuvo un diploma académico.
Todo lo anterior es para relacionarlo con las carencias y las adversidades que vive la sociedad venezolana, dando lugar a las siguientes preguntas: ¿Quién enseña el odio como principio de vida? ¿Cómo se maneja el odio como legado? ¿Es heredable el odio? ¿Donde se aprende a odiar?. Realmente no sé, prefiero el silencio como respuesta.
Por otra parte no hay que ir muy lejos para ver odios que crecen, se multiplican, se heredan y se revierten en la colectividad sin distinción alguna, generando “violencia social justificada”, algo así como yo te violento porque tú te lo mereces; sin entender que las lesiones del individuo violentado se curan, pero a su vez esta violencia abre heridas irreversibles en los comportamientos sociales.
Definitivamente, será muy triste para muchos venezolanos despertar y darse cuenta que el único legado que le dejaron fue el odio y el poder ilegitimo para esparcirlo… aunado que el despertar solo será cuestión de tiempo.
Luisa Arismendi Collantes