Una población que se caracteriza por la gran cantidad de artesanos de la madera que allí residen debía recibir la mayor atención posible por parte de la Alcaldía del municipio Jiménez y de la gobernación para que esos trabajadores artísticos puedan recibir las merecidas compensaciones.
Cualquiera que visite Guadalupe, diez kilómetros de buena carretera al norte de Quíbor, podrá deleitarse con la inmensa variedad de piezas de madera en exhibición, producto de un meticulos trabajo de hombres y mujeres dedicados a ese arte.
Pero los artesanos de Guadalupe y la población en general se sienten desasistidos totalmente por la Alcaldía de Jiménez con respecto a los servicios públicos.
“Aquí no tenemos calles porque solamente la principal fue arreglada hace tiempo para hacer creer que todo el pueblo está bien, pero no es así porque algunas vías están tan malas que hemos tenido que cerrarlas, parcial o totalmente porque no pueden pasar los vehículos y a veces ni caminando”, declaró José Rodríguez, un vecino.
Señaló que los artesanos que no están en la vía principal no tienen las ventas suficientes por el mal estado de lo que aún llaman calles.
“Aquí tampoco tenemos agua porque la que está destinada a Guadalupe se queda por los lados de Pueblo Nuevo para regar siembras o llenar lagunas, y nosotros pasando sed”, afirmó María Rodríguez.
También hizo un llamado al organismo que corresponda para que hagan el liceo cuya construcción fue iniciada hace años y se quedaron en la armadura de hierro.
Dijo que diariamente un buen número de muchachos deben ir hasta Quíbor para poder seguir en la educación media.
“Y esos muchachos ni siquiera tienen transporte para ir y venir y a veces hasta se vienen caminando”, indicó.
Dijo que nadie da información alguna sobre la estructura abandonada de lo que sería el liceo de Guadalupe y temen que cualquier día la invada alguien para tomarlo como vivienda.
“Tampoco el consejo comunal se preocupa por hacer gestiones para que el liceo para Guadalupe sea una realidad y los jóvenes del poblado y numerosos caseríos de la parroquia puedan estudiar bachillerato sin necesidad de trasladarse hasta Quíbor.
La población también sigue padeciendo por seguridad ya que, aun cuando hace años construyeron lo que sería un puesto policial, nunca fue puesto en servicio.
Refiere una vecina que de vez en cuando ven una patrulla de Quíbor, pero la mayor parte del tiempo están a merced de los delincuentes.
También en Guadalupe están exigiendo la recuperación del campo deportivo donde practican béisbol y fútbol, el cual se encuentra en muy mal estado.
Apenas el terreno está en regulares condiciones pues la única tribuna y los dogout permanecen en la ruina, estos últimos sin poder ser utilizados.
En Guadalupe exigen igualmente la eliminación del viejo tanque elevado de la plaza Bolívar pues persiste el temor de que las antiguas vigas de metal que lo sostienen cedan y se desplome sobre los árboles o cualquier persona desprevenida.
“Lo que necesitamos es que tomen en cuenta a Guadalupe como principal población de artesanía de madera”, dijo José Rodríguez.
Mercado artesanal igual
Pese a las continuas exigencias por parte de los pobladores, lo que algún día será el mercado artesanal de Guadalupe, sigue inconcluso, convertido en guarida de antisociales, sobre todo en horas de la noche.
La alcaldía de Jiménez inició su construcción hace años pero dejó abandonada la estructura sin importar los millones invertidos. Allí se pensaba ubicar un buen número de artesanos para la venta de sus piezas, pero tendrán que seguir esperando pues de su continuación nadie dice nada.
