La crisis fiscal con la cual se inició el año 2013 ha hecho cambiar ahora, a un mes de haber asumido el poder Nicolás Maduro, el discurso del gobierno hacia los pobres.
Tal apreciación es hecha por el sociólogo y profesor universitario Nelson Fréitrez, a propósito de la advertencia del jefe del Ejecutivo Nacional hecha a los beneficiarios de las casas o apartamentos construidas por la Gran Misión Vivienda Venezuela, de que tendrán que pagar los inmuebles, ya que los recursos que aporten por ese concepto irán a un fondo para continuar ejecutando el plan habitacional hacia las familias de menores ingresos.
De hecho, el Ejecutivo Nacional ha establecido una obligación de esos beneficiarios con el Estado venezolano, apunta. Los adjudicatarios no recibirán esos inmuebles en forma gratuita como en principio se les había hecho ver.
Básicamente, se le estuvo difundiendo a la mayoría de la población, la más pobre del país, que esas viviendas, aunque no eran propiedad de la familia que la ocupaba, porque en última instancia la propiedad era del Estado, si era una casa o apartamento bien equipada
.Evidentemente, esa declaración está enmarcada en el contexto de la crisis fiscal que vive el Estado venezolano, que inició el año 2013 con un déficit fiscal de alrededor de 60 mil millones de dólares.
Después de devaluar dos veces la moneda nacional, el gobierno ha podido obtener 13 mil millones de dólares; pero, el déficit se mantienbe todavía en una cifra abrumadora: 47 mil millones de dólares.
Porque, además, todavía no ha recibido la aprobación de la China a la solicitud de crédito por 15 mil millones de dólares, observa. La situación claramente es difícil.
Frente a la indecisión de los chinos, Maduro, quien no se atreve a aumentar el precio de la gasolina, ni tampoco incrementar el valor de la factura petrolera a los países de Centroamérica y el Caribe, ni reducir el aporte que le proporciona a Cuba, opta por frenar violentamente la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Otro elemento que es necesario considerar es que, efectivamente, el gobierno de Maduro es fiscalista: devaluó casi en el cincuenta por ciento la moneda, decidió un aumento salarial insuficiente, no ha tomado las medidas adecuadas para estimular la producción nacional y está quemando dólares con importaciones que no resuelve la crisis de abastecimiento. Todo eso forma parte de una política que al final va terminar castigando a los sectores populares.
Sostiene Fréitez que el gobierno nunca ha tenido una política de vivienda y hábitat, porque la Gran Misión Vivienda Venezuela no es una política en el sentido estructural.
No es sólo construir la infraestructura residencial y el urbanismo, sino también el hábitat en el entendido del contexto donde vive la familia: parques, servicios educativos, salud y recreacionales.
El gobierno tenía un promedio de construcción de 33 mil viviendas por año, que no puede ser comprobable:; pero, lanza la Misión Gran Vivienda Venezuela con fines electorales.
