La congregación religiosa Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, no consideran la vejez como una enfermedad…menos como estorbo. La ancianidad es un regalo del cielo y, partiendo de esa premisa, se esfuerzan en apoyar a las damas que hoy son de avanzada edad y, en algunos casos, han sido rechazadas de la vida familiar.
Se trata de la casa hogar que lleva el nombre del santo francés, el mismo que sirvió abnegado a los desposeídos. San Vicente de Paúl, decía: “sólo los pobres, salvarán a los pobres”.
Y justamente es la misión que ponen en práctica las religiosas, dedicadas a tiempo completo, en la atención de las abuelitas que viven en una especie de urbanización ubicada en las inmediaciones de la avenida Los Abogados de Barquisimeto.
“Dios no se deja ganar en generosidad”
Sor Migdalia Montero, religiosa, declaró a EL IMPULSO parte de las vivencias del ancianato. Cree que lo primordial es brindar amor en Cristo a aquellos desamparados por el mundo.
Desde muy temprano, se encargan de atender a las ancianitas en la alimentación y medicinas. Escuharlas, hacerlas reír, educarlas en la fe, son también parte de las tareas que realiza el personal.
Amar al prójimo como el Señor lo hizo, sostuvo, es el compromiso de todas en la congregación. Un amor que es retribuido en el apretón de manos, las bendiciones y abrazos por parte de las abuelas que llevan inclso décadas en la casa hogar. Ahora bien, ¿cómo logran mantener el funcionamiento del servicio a la terecera edad si falta la ayuda de organismos oficiales? La generosidad de Dios se manifiesta mediante las donaciones de personas de buen corazón, de organizaciones no gubernamentales y de la propia feligresía católica que acude con bolsas de alimentos, medicinas, artículos de uso personal, entre otros donativos.
En este sentido, es conveniente apelar a la caridad de los ciudadanos a fin de que se sumen a esta obra importante en beneficio de los humildes.
Una obra benéfica la cual también pueden sumarse laboratorios médicos que deseen ofrecer sus productos para la salud de las señoras de edad avanzada. La hermana Migdalia, explica que gastan mensualmente entre tres y cuatro mil bolívares en gastos de medicamentos.
Alimento espiritual
Del mismo modo, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, unen esfuerzos en brindar el alimento espiritual a las abuelas. Hay celebración de la eucaristía todos los días y resulta de gran ayuda tanto al personal como a las personas que son atendidas.
La Palabra de Dios se convierte en el consuelo y fortaleza para quienes han experimentado grandes cosas en la visa y ahora que disfrutan de su vejez tienen mayor disposición de acercarse al todopoderoso.
Es importante resaltar que la congregación, no distingue entre una religión u otra. Cuentan con ancianas de otra formación cristiana y respetan su creencia; de hecho hay iglesias evangélicas que buscan a estas personas para enseñarles sus doctrinas.
“Lo importante es llevar a Dios en el corazón. Basta que empecemos a vivir como Cristo, imitando su mansedumbre y oración constante, para encontrar el verdadero sentido de la vida, incluso, cuando estemos viejos”, agregó la hermana Migdalia.