Sumado a la liquidación de la industria farmacéutica por el Ejecutivo Nacional, por las medidas restrictivas de importación de materias primas, adquisición de dólares preferenciales y el pago de “comisiones” a ciertos funcionarios de las aduanas para la entrega a tiempo de los insumos.
Estas y otras irregularidades fueron denunciadas por Darío Conde Alcalá, director de relaciones interinstitucionales de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), quien mencionó que el contrabando de extracción de medicamentos elaborados en Venezuela se encuentra en crecimiento.
“Los fármacos hechos en el país son contrabandeados hasta Colombia, desde donde los vuelven a vender a pacientes venezolanos que no encuentran sus medicinas, en su mayoría reguladas”, explicó Conde Alcalá.
Informó que un antihipertensivo que cuesta 7,16 en Venezuela, lo venden a 169,35 bolívares; el fármaco regulado para la tiroide se encuentra en 5,20, pero en Colombia lo consiguen a 442,5 bolívares.
“El peor caso sucede con un fármaco utilizado para pacientes con la enfermedad de Parkinson, que en Venezuela está regulado a 6,76 bolívares, pero en Colombia lo venden a 1.008”, detalló Conde.
Otro hecho que resalta es que en los últimos dos años ha crecido el número de farmacias en San Antonio del Táchira.
De dos establecimientos farmacéuticos ahora existen 52 establecimientos. Situación que debería llamar la atención del Ejecutivo Nacional.
Importación desde Cuba
Por otro lado, Darío Conde Alcalá indicó que aunque hayan quedado sin efecto las resoluciones sobre las normativas para la prescripción de medicinas por parte de los facultativos, recalcó que la mayoría de los puntos que quisieron poner en práctica se encuentran en la Ley de Medicamentos.
Por otro lado, explicó que cada uno de los fármacos que entran a Venezuela, así como la materia prima para la elaboración de los mismos deben pasar por una exhaustiva evaluación.
“En los laboratorios cuentan con departamentos de control de calidad, y antes de poder entrar a los expendios de fármacos deben ser evaluados en el Instituto Nacional de Higiene (INH) Rafael Rangel, en Caracas, en donde dan el visto bueno y entregan el permiso sanitario”, explicó Conde.
Ahora bien, desde hace varios años, debido al convenio Cuba-Venezuela, al país entran medicamentos hechos en India, Pakistan e Irán, pero empacados en la isla caribeña, sin ningún tipo de permisología.
“Estos medicamentos no pasan por el INH, por lo cual su seguridad y confiabilidad para el paciente no está garantizada.
No sabemos los efectos buenos o malos que pueden tener”, alertó.
El representante de Fefarven recordó la deuda milmillonaria que mantiene el Estado con la industria farmacéutica, cifra que alcanza los 2.100 millones de dólares.
“Nos tienen como morosos y por eso los proveedores no quieren despachar insumos para Venezuela”, recalcó Conde Alcalá.
Por último indicó que el desabastecimiento se agudizará, mientras tanto el Ministerio de Salud no tome medidas pertinentes y efectivas para resolver esta grave situación que afecta al más desvalido: los pacientes con menos recursos económicos.