Planteamientos
La pregunta que a diario ronda en los espacios universitarios, alimentada por el grado de incertidumbre, producto de la falta de definición y claridad con la cual se ha enfrentado el problema, cada vez encuentra mayor eco: ¿Qué va a pasar?
De entrada, nuestra hipótesis es que uno de los mayores riesgos que tiene que evaluar el actual gobierno y el despacho en cuestión, es la posibilidad que el conflicto en puertas se globalice y termine transformándose en una huelga indefinida, primero en el sector educativo a todos los niveles, es decir, primaria, media y superior; y, luego se extienda a otros sectores laborales del país. El legado que recibió el presidente Maduro, desde antes de ser electo, incluye la situación económica y las contrataciones colectivas pendientes de discusión, obviamente factores indisolubles del proceso en curso. Al respecto, los datos que puede aportar la Ministra del Trabajo al análisis estratégico pueden ser ilustrativos, más allá de los que registran las organizaciones dedicadas a medir el grado de conflictividad real.
Desde el momento en el cual asume el ministro Pedro Calzadilla, hasta hoy, las medidas de presión gremial se generalizan por parte de los profesores, empleados y obreros, sin discriminación alguna porque la devaluación salarial no hace distinciones. Independientemente, que el mapa conflictivo revele dos sectores perfectamente diferenciados: por un lado, sindicatos bolivarianos que discuten una contratación colectiva desde tiempos de la anterior Ministra, los cuales no están de acuerdo con el paro; y, por el otro, colectivos profesorales agrupados en la FAPUV, los cuales vienen ejecutando medidas de presión como la suspensión de las clases y la paralización de actividades administrativas en procura de respuestas concretas.
Hasta ahora, la actuación del ministro Calzadilla, según las noticias de prensa, gira alrededor de los siguientes aspectos: a) Reunión con representantes de las tres (3) federaciones que “agrupan a la mayoría de los sindicatos universitarios”, para darle continuidad y mantener la línea de actuación ministerial anterior. (Viernes, 25 de abril); b) Convocatoria a representantes de asociaciones de profesores universitarios con participación de LUZ, UCLA, Unexpo, Unesur, USB, UNET, y UDO. (Viernes, 3 de mayo); Ratificación de: compromiso para mejorar sueldo de trabajadores universitarios, en función del tiempo, los procedimientos y los recursos disponibles; diálogo con la diversidad de factores “tengan las posiciones que tengan”. Además, anunció que esta semana tiene pautado reunirse con la Averu, Arbol y la rectora de la UCV. (Miércoles, 15 de mayo).
Vale recordar, que fue en un contexto totalmente diferente, el 27 de abril de 2011, cuando el presidente Chávez, anunció al país la aprobación de un incremento salarial de 40% para los trabajadores del sector universitario (profesores, empleados y obreros), a partir del 1° de mayo, reconociendo que las trabajadoras y trabajadores universitarios no percibían un incremento desde el año 2008. Esa decisión, no se correspondió en modo alguno con las negociaciones y acuerdos de las mesas técnicas instaladas al inicio de la gestión de la ministra Yadira Córdova. Ni siquiera incluyó bono compensatorio alguno por la devaluación acumulada.
Las decisiones que hasta ahora ha tomado el gobierno en materia de remuneraciones (incremento general del sueldo mínimo y atención al sector castrense) no parece que puedan hacerse extensivas en similar medida al sector universitario, ni que puedan acordarse unilateralmente con un grupo sindical representativo de los sindicatos bolivarianos. La visión polarizada es errónea.
La manera cómo los sectores que se confrontan logren cartografiar las condiciones bajo las cuales opera la coyuntura actual para dirimir el problema salarial y las demás reivindicaciones gremiales, va a depender de la lectura adecuada de dinámica política, económica, social y, hasta electoral, es decir, la ruta del conflicto universitario.