El espejo aterra al chavismo por Tomás Horacio Hernández

Evadir la responsabilidad de acciones tomadas es una práctica común en los dirigentes rojos de este país. Lo vimos durante años en el gobierno de Hugo Chávez y lo seguimos viendo ahorita en este bochinche. Con una mega plataforma comunicacional los rojos tratan de hacerle creer a los venezolanos que la culpa de la delicada situación actual la tiene Henrique Capriles, los empresarios, los comerciantes, los gringos y básicamente todo aquel que disienta de su pensamiento. Eso si, pensar que la raíz de este desastre viene de una década de políticas y acciones erradas en el área económica no les pasa por la cabeza.
El estado de negación absoluta en la cual se encuentran inmersos muchos fanáticos rojos es sencillamente la última etapa del romance de esas personas con la llamada revolución. Amor con hambre no dura. Eso es una máxima en cualquier relación. Esta semana la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló en un informe que la inflación de alimentos en Venezuela ha sido la más alta de América Latina desde el año 2010.
El encarecimiento de los alimentos es producto de años de controles de precios, años de asfixiar poco a poco al productor nacional y años de depender de las importaciones, entre otras cosas. Todas estas acciones son pensadas y ejecutadas por el gobierno nacional, y en ese sentido es que causa asombro y risa que pseudo analistas que escriben en el diario Correo del Orinoco y Aporrea, decidan señalar como culpables de esta situación al imperio y sus maleantes.
Ciertamente es preocupante y triste ver como la imagen de una persona, de un partido político o de una idea se desvanece en el tiempo. Pero aun más preocupante es querer engañarse a sí mismo y pretender tapar el solo con un dedo.
Ayn Rand no pudo estar más acertada cuando escribió que podemos evadir la realidad pero no podemos evadir las consecuencias de evadir la realidad. Al igual que la inseguridad, los altos precios de los alimentos afectan a todos los venezolanos, especialmente a los más desfavorecidos.
Hace un mes casi 1 millón de chavistas apostaron por un cambio de rumbo producto de horas de reflexión y de desilusión. El gobierno conoce esta realidad y por eso es que ahora pretende hacerle creer a esas personas que en efecto se están ocupando del tema de alimentos en el país.
El tiempo es el gran enemigo de este gobierno de Maduro. La paciencia tiene un límite, las divisas son insuficientes para importar todo lo que hace falta, los productores nacionales están quebrados y lo que se consigue en el mercado está cada vez más caro. Razón tiene la dirigencia roja de no verse en el espejo, la sensación de culpa es simplemente insoportable.
@TomasHHR