Un nuevo pacto

Luego del 23 de Enero de 1958 las fuerzas políticas que adversaron a Pérez Jiménez no la tenían fácil.
Se fue el dictador pero quedaron sus esbirros, los intereses creados y, por diversas razones, los militares no deseaban de buena gana el papel institucional que se esperaba de ellos en un contexto democrático, pues, eran muchos años de predominio militar que se estaban abandonado frente a una experiencia novedosa del predominio civil.
Los dirigentes políticos de la época (Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba) sabían que nadie tenía el control de la Venezuela que nacía y se ameritaba un acuerdo nacional que permitiera un tránsito seguro y pacifico que posibilitara la instalación de una democracia duradera.
La experiencia decía que no era posible, que los militares cuando vieran la más mínima posibilidad darían un golpe y vendría algo igual o peor que Pérez Jiménez. Sin embargo los dirigentes dieron un paso adelante y se sentaron en una mesa a discutir no sus postulados ideológicos (todos ellos legítimos) sino: 1) Un Gobierno de Unidad Nacional producto de la voluntad popular 2) Un programa de gobierno mínimo común y 3) La aceptación de los resultados electorales sea cual fuere.
Por supuesto, los enemigos de la democracia hicieron lo que se esperaba de ellos: intentonas de golpe (Porteñazo, Carupanazo), desembarcos con fuerzas militares extranjeras (Machurucuto) y el establecimiento de guerrillas con financiamiento internacional (lucha armada comunista de los 60´s y 70´s). Pero los demócratas también hicieron lo que se esperaba de ellos: discutir, acordar, negociar civilizadamente sobre el futuro del país más allá de las próximas elecciones y con la mente puesta en las próximas generaciones.
Lastimosamente, ya no tenemos entre nosotros ninguno de aquellos excepcionales hombres. Pero tenemos su historia, tenemos las instituciones que crearon, tenemos sus partidos y hasta tenemos a sus mismos enemigos en la acera de enfrente. Requerimos un Nuevo Pacto de Unidad Nacional para una Democracia Civil en el cual todos tienen un lugar reservado incluso aquellos que siendo parte del antiguo régimen aspiran un espacio en  la Nueva Venezuela que pronto veremos nacer.