Ciudad en movimiento fue el título de la ponencia dictada por la ingeniera Norah Farías, relacionada con el problema del sistema de transporte en Venezuela, especialmente en Barquisimeto.
El evento tuvo lugar en la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona, en esfuerzo conjunto del diario EL IMPULSO y la Fundación Espacios para la Vida.
La consultora en el área de vialidad y transporte, y exdirectora de la Autoridad Metropolitana de Transporte Terrestre (AMTT), indicó que se trata de un tema bien sentido para los barquisimetanos, que tiene una corresponsabilidad en el gobierno nacional y municipal, por la descentralización que hubo en la década del 80.
El transporte en Iribarren carece de políticas públicas desde hace mucho tiempo, y por lo tanto los usuarios están sometidos a la inseguridad personal y a la incomodidad. Tampoco es seguro debido a la frecuencia, los horarios y a la cobertura que cumple, y cada día la situación se agrava más, lamentó.
Expuso que los organismos públicos vinculados con el tema no han definido estrategias para mejorarlo y ampliar su cobertura, ya que mientras las ciudades crecen el sistema de transporte se estanca o se desarrolla de forma desordenada.
Señaló que existe una muy mala experiencia tanto del Estado como de los municipios para operar y administrar el sistema de transporte público.
En el caso de Barquisimeto tiene varias historias, la más reciente es Metrobús Lara, una empresa pública prácticamente quebrada.
El problema es que el Estado tiene que definir cuáles son los recorridos y los horarios, quiénes y cómo lo prestan, y no lo está realizando, acotó.
Precisó que existen actores fundamentales para optimizar el transporte, entre estos, los ciudadanos, los que reciben el servicio, los transportistas y el poder público que regula, define las rutas y las tarifas, pero este último está más débil para ejercer ese control.
Puntualizó que este desbarajuste se observa todos los días en la capital larense cuando las busetas y carritos se paran donde les da la gana, y prestan un servicio deficiente a las comunidades.
A esto se le suma la falta de una infraestructura de transporte y la renovación de flota.
También la poca oferta de estacionamientos en el centro, que contribuye a las paradas de vehículos particulares en rayados amarillos y dejan menos canales de desplazamiento.
Desde hace algún tiempo se viene trabajando en Barquisimeto para mejorar el transporte como columna vertebral de su crecimiento, y en los años 90 la ciudad tuvo un sistema de transporte bien definido, con una cobertura de hasta quince años, enmarcado en el Plan de Desarrollo Urbano Local, siendo la primera ciudad en Venezuela en realizarlo, contó.
Luego se cambió un poco la visión de ese sistema de transporte por otro y en la actualidad no se tiene ninguno de los dos, sostuvo.
Caso Transbarca
Afirmó que ahora Barquisimeto cuenta con un proyecto a medias, conocido como Transbarca, el cual no es un sistema, sino una línea noreste-oeste que se debe convertir, pero para eso hace falta una voz, un liderazgo municipal que se apropie de su competencia urbana.
No es posible que una alcaldesa no sepa cuánto han ejecutado de obra de Transbarca, en cuál fecha lo van a culminar y que ni siquiera se interese porque se termine el proyecto, esgrimió.
Se trata de un reto bien importante para las autoridades locales porque lo requiere la ciudad con suma urgencia, precisó.
Advirtió que se necesitan algunas propuestas para que Transbarca se convierta en todo un sistema, y no un simple trole que haga pequeños recorridos.
En este sentido, dijo que debe abarcar la zona norte de Barquisimeto, una área con problemas de transporte porque de la noche a la mañana se convirtió en una zona urbana, pero sin servicios, y cada día está creciendo más.
Comentó que falta mucha voluntad política y técnicamente la solución es viable. En el caso de los recursos los hay, porque si alcanzan para regalarlos a otros países entonces quiere decir que hay suficiente para invertirlos en Venezuela y no deberían existir problemas en las ciudades.
Lamentó el reciente problema de transporte que enfrentan los larenses, debido a que tanto el gobierno nacional como el gobierno local no han discutido el aumento del pasaje para este sector, siendo los principales afectados las personas que utilizan este servicio, y viven en las comunidades y zonas más alejadas de la ciudad.
Manifestó que sí es posible la reorganización del transporte, siempre y cuando prive la unión de la comunidad y el Estado.
Fotos: Luis Salazar
